Simeone llamó a filas al Calderón, niños incluidos, porque trazó un plan inusual, pero necesario: rotar. Por eso necesitaba el impulso de la grada. Más que nunca. Para un partido trampa (Osasuna) entre medias de la eliminatoria de Champions con el Leicester. El Cholo alineó un equipo atípico sin cinco de sus fijos en el once titular (Savic, Gabi, Koke ¬sancionado¬, Saúl y Griezmann) y eso es mucho decir. La oportunidad fue para la segunda línea rojiblanca donde sorprendía el doble pivote Thomas-Giménez, suponía una gran reválida para Gaitán y Carrasco en las alas y Lucas repetía en la zaga. La empresa no era fácil ante un desahuciado Osasuna y no se podía fallar. El Atlético de Madrid no lo hizo, sacó el compromiso adelante con solvencia, pero cuando quiso recrearse convirtió el final del choque en una feria con dos penaltis fallados y la sorna generalizada con Cerci en el terreno de juego.
Tuvo que madurar el partido el Atleti y se apoyó siempre en el juego por banda. Con sus dos laterales como puñales, Filipe mejor que Juanfran, más el aporte del díscolo Carrasco y el renacido Gaitán, los rojiblancos cercaron a Osasuna hasta que abrieron el cerrojo navarro. Lo hizo Yannick en una jugada de las suyas con regate y remate esquinado desde fuera del área para alegría del personal infantil que abarrotaba las gradas del Manzanares. El 10 del Atleti tiene mucho que decir hasta junio y dejarse de malas reacciones así como mejorar su actitud; el Cholo le está administrando más oportunidades que a ninguno con una paciencia inusual, pero consciente del peso del belga en el equipo.
Correa y Torres no tuvieron la suerte o el acierto ante Sirigu que sí tuvo en la reanudación Carrasco al aprovechar una espléndida rosca de Gaitán. Felicidad total, jolgorio en la grada y alivio para el Cholo. La aportación en el mediocampo de Giménez fue aseadísima y eficaz al igual que el trabajo de Thomas, mucho más certero que en encuentros precedentes. Si a eso le añadimos el premio en forma de gol que tuvo el incansable Filipe Luis, el Atleti se encontró trabajándoselo un escenario idílico en vísperas de afrontar el viaje a Leicester para resolver la encerrona que se presume en Champions.
El partido sirvió de mucho. Bueno y no tan bueno. El tramo final se convirtió en un festival con el regreso ansiado de Tiago (otra gran noticia), el descanso breve para Filipe y el debut de Cerci ante la sorna general de la grada. La historia de Alessio en el Atleti es rocambolesca y sus minutos ante Osasuna forman parte de su peculiar carrera como colchonero. En plena feria, Osasuna cometió dos penaltis casi en el descuento que, en lugar de servir para ampliar la cuenta particular de Carrasco y ver cómo Thomas remataba la faena, evidenció que el gafe desde la pena máxima no es un fuerte de los de Simeone. Sirigu estuvo espléndido en los dos penaltis, pero la cuenta del Atleti en esta suerte no es la mejor para lo que pudiera suceder en la Champions. Esto no es baladí y convendría atajarlo.