La Federació Catalana de Futbol (FCF) ha anunciado este viernes la suspensión de las finales de la Copa Catalunya y de la primera edición de la Supercopa de Catalunya, previstas para el martes en Montjuïc, tras conocer que el FC Barcelona iba a enviar al Barça B a jugar la Supercopa contra el RCD Espanyol.
La intención de la federación era hacer una fiesta del fútbol catalán y destinar el dinero obtenido con la recaudación al fútbol base, pero ante la negativa del Barça de enviar al primer equipo ha llevado al ente catalán a suspender ambas finales. En un comunicado, la FCF lamenta la decisión del club blaugrana y las molestias que la suspensión pueda llevar a las diferentes entidades y personas que hubieran comprado ya la entrada, a quienes se les devolverá el dinero íntegro.
Joan Collet, consejero delegado del Espanyol, también es tajante: "Lo que ha hecho el Barcelona es una falta de respeto hacia el fútbol catalán, hacia el Espanyol y la Federación. Es un día triste para todos. El mensaje que quiere enviar el Espanyol es de compromiso cien por cien con el fútbol catalán. Parece que siempre tenemos que demostrar más de la cuenta y a otros quizás no les cuesta tanto. Somos un club que muchas veces tenemos que demostrar lo que somos y otros con menos esfuerzo y compromiso nadie se lo cuestiona".
Collet, quien ha recordado que por jugar ese partido descartaron realizar una gira, ha anunciado que jugarán el martes, día previsto para la Supercopa de Catalunya, ante el Nástic en Tarragona. "El primer equipo del Espanyol no jugará ante ningún filial, jugará ante otro primer equipo", añadió.
Todas las partes implicadas --FCF, FC Barcelona, RCD Espanyol y Generalitat de Catalunya-- ofrecerán este próximo lunes una rueda de prensa para dar los detalles de la suspensión.