Elie Taktouk, empresario libanés afincado en Londres, no acaba de asimilar que Cesc Fábregas sea la actual pareja de su exmujer, Daniella Semaan, y que, además, el futbolista haya comprado también su mansión, situada en una zona lujosa de la capital inglesa.
Taktouk, que ya había hecho varias manifestaciones contra el jugador del Barcelona, ahora ha decidido cargar públicamente contra la justicia británica. "Los tribunales de familia en nuestro país son terribles", declaró en el diario Evening Standard.
"Los tribunales no están interesados en si es correcto o no, sólo están tratando de proteger a la mujer. Protegen a los que se portan mal, no a los bien educados. Los que se dedican a su trabajo, familia o vida no consiguen nada. Es aquel que está todo el día sentado en casa el que es favorecido por la justicia", añadió.
Este inacabable conflicto, todo un culebrón en Inglaterra, comenzó hace menos de un año, cuando unas fotografías tomadas en Italia confirmaron el romance entre el futbolista y la ex-modelo libanesa Daniella Semaan. Esto provocó que su marido, el magnate Elie Taktouk, pidiera el divorcio de inmediato.
Pero la ira mezclada con humillación fue tan grande que el empresario libanés declaró en una entrevista realizada en The Sun, que el futbolista no había hecho más que arruinarles la vida en el momento en el que planeaban tener niños.
Llegó el día del divorcio y la sentencia fue favorable para Daniella Semaan: Elie tenía que poner a la venta su lujosa mansión donde el matrimonio junto con sus 2 hijos habían residido. Una lujosa vivienda valorada en más de 8 millones de euros y a la vez proporcionarle a la mujer 1,7 millones de euros del precio obtenido para que ella se pudiera comprar una nueva residencia.
Elie Taktouk intentó apelar que su mujer ya tiene el apoyo económico de su nueva pareja, Cesc Fábregas, que es quien mantiene la casa en donde viven y donde ella dio luz a Lia, la primera hija del futbolista con Daniella. Pero lo único que obtuvo este empresario libanés fue ser humillado de nuevo ya que su apelación fue denegada.
Parece que el "tonto de 25 años (ahora ya tiene 26) que le había robado a su mujer" que así era como llamaba el empresario a Cesc, tardó menos de 3 semanas en interesarse por el piso. Y a pesar de todos los intentos del magnate por evitarlo, la propiedad ya pertenece al futbolista, que la compró a través de una de sus empresas.
Taktouk apeló de nuevo, pero los tribunales volvieron a darle la razón a Fábregas y a su novia. Y el libanés cargó contra esa justicia que él cree "profundamente injusta".