Tal y como adelantamos en 'Voz Pópuli' el pasado día 22, el representante del portero de la Real Sociedad, Claudio Bravo, negoció con el director deportivo del FC Barcelona, Andoni Zubizarreta, el fichaje del chileno. El club donostiarra no sólo no ha movido ficha para intentar retener a su guardameta titular y mundialista en Brasil, sino que le ha puesto en el mercado, tal y como hiciera, por cierto, a través de un agente externo en diciembre cuando fue ofrecido al Manchester City.
A diferencia del Barça, donde Luis Enrique ve a Bravo como el verdadero sustituto de Víctor Valdés, por delante del alemán Ter Stegen, en la Real están dispuestos a negociar su salida por menos de los 30 millones de su cláusula y por más que su director deportivo, Loren, asegurara en la prensa chilena que el capitán de La Roja sólo se iría al club catalán por esa cantidad.
El Barcelona no quiere pagar más que por Ter Stegen (12 millones), de ahí que se hable de 8 millones, más el tercer guardameta azulgrana, Oier Olazabal
De este modo, y es de suponer que con el consentimiento de la Real Sociedad al salir la noticia en 'El Diario Vasco', el agente de Bravo ha llegado a un acuerdo por cuatro temporadas con el Barcelona, es decir, una más de las que tiene firmadas con la Real, y con una ficha que supera los 2 millones de euros. Paradójicamente, ahora resta que ambos clubes se pongan de acuerdo, aunque el hecho de que en las oficinas de Anoeta ya estén buscando un sustituto para el internacional chileno es otra muestra más de su fragilidad negociadora. En principio, el Barcelona no quiere pagar más que por Ter Stegen (12 millones), de ahí que se hable de 8 millones, más el tercer guardameta azulgrana, Oier Olazabal.
Basta con leer la información que ofrece 'El Diario Vasco' para entender que el club le abre las puertas: "A la hora de enfocar una hipotética negociación la Real tiene en cuenta el reconocimiento a la dilatada trayectoria del Bravo en el club y que incluye su decisión de quedarse en San Sebastián cuando el equipo estuvo tres temporadas en el pozo de la Segunda División. Tampoco se le escapa que, a sus 31 años, es posible que no se le vuelva a presentar una ocasión semejante de culminar su carrera en un club que aspire a luchar cada temporada por la consecución de títulos, así como lo que supondría en el plano anímico contar con un futbolista al que se le cortase de salida la posibilidad de dar un paso adelante".
Bravo llegó a la Real en 2006 y en 2012 renovó hasta 2017. El chileno siempre ha dejado claro lo a gusto que se encuentra en el club donostiarra y en San Sebastián, de ahí que no le hubiera importado acabar su carrera en el equipo txuri urdin, si bien nunca ha dejado de demandar ambición para que la Real siga creciendo deportivamente. El hecho de que su sustituto pueda ser el mencionado Oier o el guardameta suplente de Osasuna y ex realista, Asier Riesgo, es otra muestra más de ello.