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Entrevista a Edurne Pasabán: "Mi familia no supo qué ocurría hasta que intenté suicidarme"

La deportista es un referente en cuanto a salud mental: tras intentar quitarse la vida en dos ocasiones, ahora da charlas sobre la importancia de sentirse bien con uno mismo

  • Imagen de archivo de Edurne Pasabán -

Edurne Pasabán (Tolosa, Guipúzcoa, 49 años) es una de las mayores leyendas del deporte español y uno de los nombre de referencia dentro del alpinismo, ya que fue la primera mujer en coronar los catorce 'ochomiles' que hay en el planeta Tierra. El 17 de mayo de 2010, la deportista tolosarra alcanzó la cumbre del Shisha Pangma, en el Himalaya, para pasar a la historia. Le costó casi diez años conseguir el récord, ya que su primer ochomil, el Everest, lo coronó en 2001.

Entre ambas fechas, en 2006, Pasabán sufrió una depresión que le llevó a intentar suicidarse en dos ocasiones. Por fortuna, no lo consiguió, lo que le permite hoy poder disfrutar de su hijo Max y de transmitir sus conocimientos sobre alpinismo y también sobre salud mental. Aún sabiendo que vive una buena etapa de su vida, sabe que sus demonios se mantienen al acecho, a la espera de una posible recaída. Porque las personas con depresión, aunque se curan, tienen tendencia a volver a los infiernos: dos de cada tres personas vuelven a sufrir episodios depresivos en los siguientes 15 años de sus vidas.

Precisamente, Pasabán estrena junto a Amazon Music y EFE un podcast (Tabú Mental) en el que cuenta su experiencia con la depresión. Lo hace junto a otros deportistas de élite y personajes reconocidos como la gimnasta Olatz Rodríguez, Rayden o Tania Llasera. Una experiencia que le permite ayudar a otras personas que están pasando por una experiencia similar a la suya.

P: ¿Cómo te encuentras ahora?

R: Bien, muy bien. Soy una persona que sabe que sufre de salud mental y que ha sufrido una depresión. Una depresión grande. También soy consciente de que puedo recaer aunque ahora esté muy bien.

P: ¿Hablar de salud mental te ayuda a mantener lejos a tus demonios?

Me ayuda a que me mantenga más atenta. Me ayuda a que no se me olvide lo que ha pasado y lo que he sufrido. Esto no quiere decir que no pueda volver a pasar, pero sí me hace estar más atenta.

P: ¿Cómo se baja al infierno y en qué momento sabes que estás en él?

R: Es díficil saberlo porque lo desconocemos, no te sabes identificar. Yo estaba triste, ¿pero dónde está el límite de la tristeza y la depresión? No queria levantarme, estaba triste… mi familia me intentaba ayudar, pero no se dieron cuenta de lo que ocurría realmente hasta que me intento quitar la vida. Tuve la suerte de no conseguirlo, pero llegué a ese límite por no contar que estaba mal. La salud mental es tabú: si te sale un bulto en el pecho corres al médico, pero si tienes problemas, cuesta ir al psicólogo.

P: A la hora de contarlo, ¿sois las personas de éxito más incomprendidas a la hora de hablar de salud mental?

R: Da la sensación de que tengo que subir 14 ochomiles para que la gente me respete pese a tener problemas de salud mental. Yo lo mío ya lo he hecho, pero si estás en una carrera por conseguir un futuro, entiendo que cueste más contar las cosas. En este aspecto, todos somos iguales y alguien que nos encasille no está libre de sufrir una enfermedad de este tipo. Por eso hay que hablarlo con naturalidad.

P: ¿Cómo de importante es un buen entorno para salir adelante?

R: Es muy importante tener un buen entorno de aceptación, no vale con tener un buen entorno a secas. Trabajo ahora con jóvenes con estos problemas y me he topado con casos de personas que tienen 15-16 años y que piden un psicólogo. Para poder hacerlo, necesitamos la autorización de los padres, pero nos encontramos con que no quieren mandar a sus hijos al psicólogo. No lo aceptan porque es un tabú.

P: Sufriste depresión por compararte con tu entorno: tú subías montañas mientras el resto se casaban y tenían hijos. ¿Cómo lo llevaría Edurne Pasabán con el peso de las redes sociales en 2022?

R: Los padres tienen que hacer un trabajo increíble. Nos importa tanto el qué dirán. Lo pasaría mal, tenemos una sociedad que nos ponen un prototipo de personas que tenemos que ser: estudiar, trabajar, casarse, formar una familia y tener hijos. Yo ya me decía en su momento que se me iba a pasar el arroz, que no podría tener una familia. Yo en esta sociedad sufriría mucho.

P: Con podcasts como este o libros como el de Ángel Martín, ¿se habla más de salud mental que antes?

R: Totalmente, porque esto nos puede pasar que cualquiera, desde un director de empresa a un deportista. Se le ha dado una visibilidad muy grande pero esto es consecuencia de preguntarnos a nosotros mismos. Vivimos en un mundo muy competitivo en el que hay que ser el mejor. La sociedad actual hace que suframos más de salud mental. Los deportistas hemos hablado de esto y me parece bien visibilizarlo para que la gente se identifique.

P: Pese a los avances, ¿falta mucha educación en cuanto a salud mental?

R: Hay muy poca educación, hay que hablar más de salud mental. Se pueden hablar de enfermedades y se comunica sin problema, pero no tenemos educación sobre salud mental, falta mucho recorrido. Podcast como este sirven para ayudar e iremos progresando, haciendo más normal este problema, hablándolo sin tabús. Hablamos más que hace cinco años, sí, pero queda mucho recorrido que hacer todavía.

P: En tu experiencia personal, ¿te es difícil hablar de salud mental?

R: Depende de como te sientes, de si te remueve al hablar de salud mental… Yo soy pragmática, hablo con naturalidad y no me cuesta, aunque entiendo y respeto que haya quien le cueste, porque hacerlo nos encasilla. Recuerdo una chica de 22 años de un grupo de gente al que ayudamos a pedir ayuda. Yo le decía, "con el paso del tiempo, podríamos hacer charlas sobre esto", pero ella decía que no estaba preparada. Tenia miedo a terminar la carrera y que dar visibilidad a este problema le iba a cerrar puertas. Me da pena escuchar este tipo de cosas. Seguro que su mensaje podría ayudar a otras personas.

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