Un 13 de junio Holanda le metió cinco a España en Brasil. Otro 13 de junio Zubizarreta se tragó aquel gol de Nigeria en el Mundial. Y el mismo día del calendario Molina salió mal a por un balón, que le costó la derrota a España ante Noruega y su titularidad en la Eurocopa de 2000. Unos precedentes que convertían el partido ante la República Checa en un encuentro con trampa.
Los checos desplegaron tres líneas en 20 metros, con su defensa muy lejos del área y todo el equipo implicado en labores defensivas. España se enfrentaba, por tanto, a un sudoku, con Iniesta, Silva, Cesc y Nolito recibiendo la pelota de espaldas rodeados de rivales. Del Bosque pedía calma y circulación en la elaboración, mientras su adversario salía rápido cuando recuperaba la bola con fútbol directo. Dos propuestas diferentes. La primera jugada relevante se produjo al cuarto de hora. Un cambio de juego de Ramos sorprendió a los checos, que no estaban aún formados. Juanfran sirvió al espacio y Silva de primeras la puso al corazón, donde Morata remató al centro. Cech se encontraba el remate, evitando el primer gol de la Roja. El partido era trabado. España no lograba acelerar la pelota, en parte por la falta de movimiento del centro del campo español, donde Cesc y Silva se mueven con una parsimonia desesperante. Juanfran era el único que leía el partido con sus incorporaciones por sorpresa desde el carril derecho.
Morata volvió a tenerla en una jugada en la que el defensa se comió un amague en el que no creyó el delantero de la Juventus, que se había sacado de encima al central. Un par de balones que recibió en el área de espaldas delataron que le falta catálogo en los espacios cortos, por más tesón que lo pone. España merodeaba sin éxito y los checos veían pasar los minutos sin amenazar la portería de un testimonial De Gea. Pasada la media hora España se agarraba a los galones de Iniesta, la voluntad de Morata, el desparpajo de Nolito y el descaro de Juanfran para tumbar la empalizada rival. La tuvo Jordi Alba, en una pelota cruzada de Iniesta, y después Silva, en una buena asistencia de Juanfran. La aparición de los laterales siempre traía problemas a Chequia, encorsetada y sin capacidad para improvisar atrás. Pero España no la exigía demasiado y su defensa por acumulación era suficiente. Un disparo de Necid que De Gea paró en dos tiempos puso el colofón a una primera parte en la que los de Del Bosque pusieron más ganas que talento.
Del Bosque recurría a Aduriz, dando al duelo cierto aire épico ante un equipo diseñado para defender balones a la olla. Una bilbainada como solución para rescatar el triunfo.
Del Bosque no realizó cambios, pero España salió más enchufada. En la primera pelota un pase atrás de Morata fue rematado al palo por un defensa, inaugurando un carrusel de ocasiones que siguió con un disparo de Nolito y un remate de Ramos. Seguidamente un balón dividido con Rosicky dejaba en evidencia a Cesc, superado en velocidad por el veterano checo, al que le acabó robando la pelota Iniesta. Segundos después era Jordi Alba el que regalaba un centro delicioso que se paseó por área pequeña checa sin que acudiera nadie a empujarlo a la red.
Chequia, que aguantaba estoicamente el empate, se encontró una ocasión en un balón parado al área que De Gea detuvo con no pocos problemas. El partido se abría, lo que no era una mala noticia para España, cuando Del Bosque recurría a Aduriz, dando al duelo cierto aire épico ante un equipo diseñado para defender balones a l a olla. Una bilbainada para rescatar el triunfo. Y entonces llegó otro balón parado y de nuevo Chequia estuvo a punto de adelantarse, pero el pie salvador de Cesc impidió el tanto. España llegaba por la izquierda y Del Bosque sustituía a Fábregas por Thiago. Un cambio que coincidía con un pase medida de Silva que dejaba a Alba solo ante Cech, pero un mal control del lateral abortaba la ocasión. A esa oportunidad le sucedieron otras con un disparo cruzado de Silva, una chilena de Aduriz y un remate del ariete que no pudo cabecear.
Pasaban los minutos y los de Del Bosque merodeaban el área, apostando por amontanarse una y otra vez por el centro. Todo lo destacable salía de las botas de Iniesta y moría en la indolencia de sus compañeros. Hasta que Iniesta, en el énesimo centro, encontró solo a Piqué, que batió a Cech de cabeza premiando el tesón de los españoles y, sobre todo, el talento del centrocampista manchego. Chequia se fue arriba y la tuvo Lafata, con un disparo duro a media altura que De Gea se quitó de encima. Una España espesa y soporífera, por momentos, se llevaba finalmente una meritoria victoria que le sirve para soltar lastre y fantasmas un 13 de junio. Con más ganas que fútbol.
ESPAÑA: De Gea, Juanfran, Piqué, Ramos, Alba, Busquets, Cesc (Thiago 69'), Iniesta, Silva, Nolito (Pedro 81') y Morata (Aduriz 62').
REPÚBLICA CHECA: Cech, Kaderabek, Sivok, Hubnik, Limbersky, Plasil, Darida, Gebre Selassie (Sural 85'), Rosicky, Krejci y Necid (Lafata 75').
ÁRBITRO: Simon Marsiriak (Polonia). Amarilla a Limbersky.
GOL: 1-0 (86') Piqué.