"Creo que todo es bastante confuso y no me gusta predecir el lugar donde podriamos estar". La frase de Pat Fry, director técnico de Ferrari, vale para esta y para casi todas las pretemporadas de Fórmula 1. Excepto cambios drásticos de reglamento o casos geniales como el de Brawn GP en 2009, las escuderías tienen poco margen para revoluciones.
Una de las escasas verdades que corren por el paddock es aquella que afirma que el GP de Australia premiará a los equipos que más hayan evolucionado desde que finalizó el Mundial 2012. Salvo sorpresa, no se esperan soluciones mágicas. Por eso el favorito es Red Bull.
Vettel: "Nunca hemos tenido un invierno tan complicado como éste"
Los lamentos de Vettel -"nunca hemos tenido un invierno tan complicado como éste"- no provocan pena alguna. Porque aunque es cierto que la escudería austriaca ha sido la menos activa y protagonista de todas las grandes, su ventaja es partir por delante gracias a su espectacular fin de curso pasado. O, como dijo Marc Gené en la Cope: ''Lo normal en Australia es que no seamos los más rápidos, nunca he visto recuperar 6 décimas en 3 meses''.
Agazapado durante todas las jornadas de entrenamiento, Red Bull asusta. Sus rivales barruntan que los dominadores de la F1 desde 2010 se presentarán Melbourne con un bólido tan fiero como siempre, prácticamente imbatible, sobre todo en calificación.
Marc Gené: ''Lo normal en Australia es que no seamos los más rápidos, nunca he visto recuperar 6 décimas en 3 meses''
Para intentar contrarrestrar eso, Ferrari ha anunciado una cascada de actualizaciones del F138: primero en Australia y Malasia, y luego otra mayor en China.
Una de las claves, dicen, será controlar el exagerado desgaste de los nuevos neumáticos Pirelli. Ferrari siempre ha sido consistente en ese aspecto, y Alonso ha quedado razonablemente satisfecho después de sus 505 vueltas de pretemporada. O, como suele decir Luis Aragonés: "Contento, pero sin presumir".