El mensaje de Ferrari parece ir calando en algunos sectores de la Fórmula 1. Para justificar la marcha voluntaria de Fernando Alonso -algo nunca antes ocurrido en el seno de la Scuderia-, el equipo rojo lleva semanas comandando una campaña de desprestigio hacia el español.
Los italianos, con el ahora lenguaraz Kimi Raikkonen a la cabeza, acusan más o menos veladamente a Fernando de crear "mal ambiente" en el seno de la escudería, se supone que por exigirles mucho trabajo y, sobre todo, un coche ganador.
Ahora, el asunto amenaza con mutar hacia un plano en el que nadie parecía capaz de discutir al asturiano, el profesional. Así, el dueño de los derechos de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, ha asegurado que se siente decepcionado por la actuación de Alonso en el Mundial recién finalizado, sobre todo a partir de mitad de temporada.
El primer dardo de Ecclestone fue para el alemán Sebastian Vettel, tetracampeón del mundo y ahora piloto de Ferrari, al que acusó de estar actuando "como un perdedor", por lo que está "un poco decepcionado con su actitud" la pasada temporada, en la que el británico Lewis Hamilton (Mercedes) se proclamó campeón.
"Soy un gran admirador de Sebastian, pero estoy un poco decepcionado con su actitud, creo que ha cambiado. Está actuando como un perdedor, y esa no es su mentalidad", señaló en la presentación de The Official Formula One Season Review.
Además, el patrón de la Fórmula 1 criticó la temporada de Ferrari y del español Fernando Alonso. "Lo de Ferrari fue muy decepcionante, están perdidos en alguna parte", indicó. "A Fernando -Alonso- le pasó un poco como a Sebastian, se quedó a medio camino, así que estoy un poco decepcionado con él también", explicó sobre el asturiano, que todavía no ha desvelado su futuro, aunque se presume que será en McLaren.
No es la primera vez que Ecclestone zurra al ovetense. Justo hace un año ya lanzó un mensaje similar: "Alonso me decepcionó porque se rindió, estaba buscando otro equipo". Entonces, Bernie se equivocó. O, mejor, se adelantó a los acontecimientos. Porque el español todavía no había decidido cambiar de aires. Lo hizo unos meses después.
