A nadie se le oculta que a Fernando Alonso se le acaba el tiempo. El piloto español tiene 33 años, dos títulos mundiales... y quiere ganar alguno más. Por eso, una vez tomada la decisión de abandonar Ferrari, esperó hasta el último instante por si quedaba libre un asiento en Mercedes. Concretamente el de Lewis Hamilton, cuyo contrato expira en diciembre.
Pero el piloto inglés y la escudería alemana también decidieron tomárselo con calma. Incluso después de que Lewis certificase la obtención del campeonato del mundo siguieron dándose largas.
Alonso tenía que mover ficha, y escogió McLaren, un proyecto en pañales que tardará en llevarle de nuevo a la cima. De ahí que uno de los muchos rumores que circulan por el paddock asegure que en el contrato del asturiano con la escudería inglesa hay una claúsula que le permitiría irse a Mercedes si en la escudería germana se produjera una vacante. Concretamente, la de Hamilton.
Ese resquicio está a punto de cerrarse. Al menos eso ha declarado Niki Lauda en el periódico suizo Blick. “Todo estará listo para el GP de España”, ha dicho el expiloto austríaco refiriéndose al nuevo contrato de Hamilton.
Y añadió más: "Será una ampliación por el tiempo que sea necesario, y el dinero no será problema". Este último apunte económico es muy interesante porque las pretensiones de Hamilton no son nimias.
Aunque el Mundial acaba de empezar, el doble campeón del mundo británico camina firme en pos de su tercera corona, así que quiere ser el mejor pagado. Porque ahora no lo es.
Si, según Lauda, ese escollo desaparece de la negociación, Lewis puede llegar a cobrar la friolera de 37 millones de euros por temporada, algo más de los 35 que percibe Alonso en McLaren.
En este caso, la diferencia de emolumentos entre ambos pilotos -ayer enemigos, hoy amigos- es lo de menos. Lo que de verdad echa de menos Fernando Alonso es un bólido con las prestaciones del Mercedes que pilota Lewis. Daría dinero por tener pronto entre sus manos un coche así. Pero parece que ya no va a ser posible.
