Kimi Raikkonen sacó de sus casillas al ingeniero de pista durante el último tramo del GP de India cuando, con los neumáticos destrozados y rodando mucho más lento que su compañero Grosjean, se empeñó en no dejarlo pasar e incluso estuvo a punto de provocar una colisión entre ambos.
"¡Está loco!", exclamó por radio el francés después de tener que salirse fuera de la pista para evitar males mayores. Esta queja encendió a Alan Permane, director de operaciones de la escudería inglesa: "Kimi, ¡apártate del puto camino!", espetó al finlandés. Este, lejos de amedrentarse, le respondió con su habitual tono frío: "No me grites, joder".
El tono de la conversación ha traspasado fronteras y ha obligado a Éric Boullier, director deportivo del equipo, a pedir perdón públicamente por el mensaje inicial de Permane.
No es el primer encontronazo vía radio entre Raikkonen y Lotus, pero es seguro que ha sido uno de los últimos. Quedan tres carreras y luego, a partir de enero, Kimi pilotará para Ferrari. Ahí es donde se aventuran tormentas.
¿Qué pasaría en una situación similar a la de India con Fernando Alonso en el papel de Grosjean? ¿Cómo reaccionaría Ferrari? ¿Conocido el perfil pusilánime de los últimos años por parte de la Scuderia, se atreverá alguien a poner en su sitio al finlandés?
Y la pregunta de fondo que subyace y que sospechan los más allegados al piloto español: ¿no habrá fichado precisamente Ferrari a Raikkonen para meter en alguno de esos apuros a Fernando Alonso? Porque en la Scuderia saben que al finlandés sólo le preocupa lo que sucede en la pista y, al contrario que el español, no se va a meter en lo bien o mal que trabajan en Maranello.