El Gobierno se queda sin opciones y la sombra de la sanidad pública planea sobre los mutualistas. Como han adelantado ya diversos medios, DKV ha renunciado a presentarse al nuevo concierto para prestar atención sanitaria a los 1,53 millones de funcionarios adscritos a Muface, según ha informado la propia compañía. La aseguradora filial del grupo alemán Munich Re deja así un servicio que ha realizado durante casi 50 años.
Esta decisión deja a Muface en una situación crítica, ya que se suma a la renuncia previa de SegurCaixa Adeslas, la mayor compañía de seguros médicos de España. Asisa es ahora mismo la única compañía que sigue en el proceso y tiene de plazo hasta el 15 de enero para decidir si se presenta o no al concierto 2025-2027.
Las aseguradoras consideran insuficiente la oferta del Gobierno
Tanto DKV como Adeslas consideran que el incremento del 33,5% en la compensación que ofrece el Gobierno es insuficiente para cubrir los costes. DKV asegura que si firmara el convenio perdería entre 70 y 100 millones de euros, debido a la directiva europea IFRS17, que obliga a las firmas multinacionales a imputar las pérdidas en el primer año de contrato en vigor.
Varias noticias afirman que la aseguradora alemana explica que el modelo está infrafinanciado, ya que el gasto de prestaciones médicas en el último concierto "ha sido sustancialmente superior a la prima que ha recibido". En la última década, el gasto sanitario per cápita de las comunidades autónomas y las mutuas colaboradoras ha aumentado un 60,6%, mientras que la prima ponderada de Muface ha crecido tan sólo un 31,6%.
Futuro complicado para el sistema Muface
Esto comienza a convertirse en la crónica de una muerte anunciada. Y es que, si Asisa también decide renunciar, el Ministerio de Función Pública tendrá que decidir si realiza una nueva licitación, que sería ya la tercera, o si asume que tendrá que ser el Sistema Nacional de Salud quien deberá atender a los mutualistas de Muface.
El ministro de Función Pública, Óscar López, recibe un duro golpe con la renuncia de DKV. El importante esfuerzo presupuestario, con un aumento de 1.000 millones de euros respecto al convenio anterior, no ha bastado para convencer a las aseguradoras. López siempre ha insistido en que la atención sanitaria a los empleados públicos estaba más que garantizada, pero la realidad es que el modelo actual de Muface está en una situación límite.