"El alarde de valentía del presidente contra los dictadores muertos contrasta con la pleitesía que rinde a los vivos". A más Francisco Franco en las filas socialistas y del Gobierno, el Partido Popular responde con Nicolás Maduro. El primero murió hace casi cincuenta años. El segundo va camino de consumar su enésimo fraude electoral, con una estrategia de persecución a los líderes de la oposición que alcanza en las últimas horas sus pasajes más crueles, con secuestros a punta de pistola, detenciones arbitrarias y amenazas a los vencedores de los comicios del 25 de julio.
Si el Gobierno en pleno acudió ayer al primero de los actos de la gira 50 años de España en Libertad, con la que Pedro Sánchez conmemora el cincuentenario de la muerte de Franco -en la cama-, este jueves el PP hará lo propio con una gran movilización frente a la Puerta del Sol "en defensa de la democracia en Venezuela", para pedir el reconocimiento de Edmundo González como presidente del país y, clamar por la liberación del pueblo venezolano, subyugado desde finales del siglo pasado por el régimen bolivariano.
A un día de la ceremonia de investidura en Caracas, Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso, José María Aznar y Mariano Rajoy encabezarán la comitiva del PP en la manifestación de Madrid, que tendrá lugar a las seis y media de la tarde. También harán acto de presencia buena parte de los dirigentes de la formación, tanto autonómicos como nacionales. Es más, algunos miembros del comité de dirección del partido se echarán a las calles por la misma causa, pero en sus territorios. Caso de la vicesecretaria Ester Muñoz, que estará en León.
Para el PP, la causa venezolana es capital por distintos motivos. Uno de ellos, por la simpatía que desde siempre han mostrado algunos de los partidos que sostienen al Gobierno con el régimen de Maduro. Entre ellos, su antiguo socio de coalición, Podemos. Y por la estrecha vinculación de José Luis Rodríguez Zapatero, rehabilitado de un tiempo a esta parte como uno de los reclamos electorales del PSOE, con el autócrata venezolano. El expresidente del Gobierno, a día de hoy, sigue sin reconocer la derrota de Maduro en las urnas. Según sus lugartenientes, su equidistancia obedece a la labor de mediación que está llevando a cabo en el país de Hispanoamérica. Pero lo cierto es que nunca ha condenado públicamente nada de lo que ha ocurrido y ocurre en Venezuela.
Cuestión aparte es la tibieza del Ejecutivo con Maduro. Aunque España no reconoce su victoria y no enviará representación a su investidura, ningún ministro ha querido si quiera tachar a Maduro como lo que es... un dictador. Tan solo Margarita Robles, ministra de Defensa, llegó a calificar de "dictadura" el régimen venezolano. Fue reprendida por ello.
En la dirección popular denuncian que Sánchez mantiene una actividad frenética para denunciar el régimen de Franco, que acabó hace casi medio siglo con la Transición, mientras se muestra impoasible con el de Maduro. A día de hoy, el Gobierno sigue sin reconocer a González Urrutia como presidente electo del país.
"La agenda 1975"
De "la Agenda 1975" de Sánchez para recordar a Franco, fuentes populares señalan que arrancó "de la manera más previsible: con manidas alusiones a la leyenda del Guernica, con forzadas insinuaciones a su papel como dique contra el fascismo internacional" -que califican como "pura megalomanía cursi, pin incluido"-, con "comparaciones torticeras sobre la esperanza de vida en España y con ninguna llamada a la concordia y a la unidad entre españoles".
En Génova sostienen que Franco es "el clavo ardiendo de Sánchez" y, parafrasaeando al propio presidente en su alocución de ayer, "sobre las cenizas de la última dictadura de Europa occidental", el vaticinio es que "el Gobierno encara la recta final del sanchismo".
John Wayne
09/01/2025 08:39
Payasos.