Los incidentes ocurridos al término del partido entre las selecciones de Euskadi y Bolivia disputado este sábado en el estadio de Anoeta de San Sebastián se saldaron con 14 ertzainas heridos, dos de ellos con fracturas y el resto con contusiones.
El sindicato mayoritario de la Ertzaintza, Erne, ha denunciado el "caos organizativo y de seguridad" que hubo durante el partido y que propició que aficionados introdujeran en el estadio "todo tipo de utensilios, bengalas, petardos y bombas de humo".
En un comunicado, Erne afirma que grupos de hinchas radicales "perfectamente organizados" utilizaron estos objetos contra los agentes, que fueron "acosados, rodeados y agredidos" al término del partido, que presenció desde el palco el lehendakari, Iñigo Urkullu. Fruto de estos sucesos, 14 agentes resultaron heridos, dos con fracturas diversas y el resto con fuertes contusiones, según Erne.
La Ertzaintza ha confirmado que un grupo de espectadores tiró objetos, petardos y asientos del campo contra los policías, lo que dio pie a que hubiera varias cargas. Aunque no cuantifica el número de heridos, la policía autonómica admite que hubo varios agentes contusionados, de los que algunos de ellos tuvieron que ser atendidos en un centro sanitario.
Tras los incidentes, hubo dos detenidos por atentar contra los ertzainas. Según el sindicato de la policía vasca, "no sucedió ningún hecho más grave por la profesionalidad" de los agentes, pero subraya que "se estuvo muy cerca de la tragedia".
Erne ha reclamado al Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco que aclare la situación al "poner en grave riesgo la integridad de los agentes por falta de seguridad e incumplimiento de los protocolos de actuación en acciones similares por parte de los mandos policiales". Añade que no es la primera vez que hechos así suceden, pero Erne advierte de que tras las identificaciones y detenciones de algunos hinchas, se apliquen las medidas pertinentes para que no vuelvan a volver a pisar un campo de fútbol.
Asegura que "las pancartas y las expresiones" utilizadas durante el partido por los hinchas daban pistas de lo que podía ocurrir. El sindicato lamenta que la tragedia que ocurrió en 1992 en el estadio de Sarria de Barcelona del Espanyol durante un partido de Liga, donde un niño murió a causa del lanzamiento de una bengala, "queda lo suficientemente lejos como para no ver el peligro".