El Barcelona sufrió más de lo que acostumbra ante el Paris Saint Germain y prueba de ello es que el Camp Nou acabó pidiendo la hora. La sexta clasificación consecutiva de los azulgranas para las semifinales de la Liga de Campeones no fue tan sencilla como en un principio se podía esperar y tras el 2-2 de París se podía pensar. La cosa se complicó tanto que el Barça incluso necesitó echar mano de un renqueante Messi para igualar el gol de Pastore al inicio de la segunda mitad.
Mientras el Bayern también ganó a la Juve en Turín, y con el mismo resultado de Múnich (0-2), el Barça estará en el sorteo de este viernes después de no haber ganado ninguno de los dos partidos de cuartos. Los otros dos equipos que estarán en el bombo son el Real Madrid y el Borussia Dortmund. Es decir, dos clubes alemanes y dos españoles. El sorteo es puro, así que lo mismo puede haber un doble enfrentamiento hispano-alemán, como dos semifinales entre equipos del mismo país.
Tito Vilanova acabó con las especulaciones una hora antes del encuentro: Messi empezaría en el banquillo y Adriano sería la pareja de Piqué en el eje de la zaga, mientras que Tello era uno de los descartes. El partido arrancó bien para el Barça, aunque una falta lanzada por Xavi, una jugada de Pedro por la izquierda y un tiro alto de Villa fue todo su bagaje ofensivo en la primera mitad. En cambio, Valdés tuvo que emplearse a fondo ante Lavezzi para evitar el 0-1.
El 0-0 con el que se llegó al descanso seguía valiendo al Barça para clasificarse, pero un gol de los franceses podía complicarlo todo, sobre todo porque el centro del campo azulgrana, y especialmente Busquets, no andaba fino en los pases y corría el riesgo de que el PSG sacara provecho de ello. Y así sucedió. A los cinco minutos de la reanudación, una rápida contra de los galos tras roboe, permitió a Pastore superar a Valdés en su desesperada salida.
Faltaba mucho partido, pero el Barça necesitaba un gol y todos los ojos miraban a Messi, al que ya no le quedaban uñas en el banquillo. Una nueva lesión muscular de Adriano obligó a Tito a confiar en Marc Bartra, quien entró al campo junto a Messi, en el caso del argentino en sustitución de, cómo no, Cesc Fàbregas. La irrupción del 10 en el partido tuvo un efecto intimidatorio. Aunque claramente limitado físicamente, Messi contribuyó con su sola presencia para generar desconfianza en el PSG y confianza en su propio equipo.
Una acción suya en la frontal del área en la que combinó con Villa, la continuó el asturiano con una buena dejada a Pedro, que marcó el 1-1. Quedaban veinte minutos, pero el gol tranquilizó al Barça. A sus jugadores, como bien dijo Pastore, les cambió la cara. De la angustia pasaron a la calma. Se trataba de aguantar el resultado y a eso fue a lo que se dedicaron.
El PSG, claramente tocado en la moral por el gol de Pedro, intentó aprovechar algún error del Barça para batir a Valdés y clasificarse in extremis, pero a los franceses ya no les quedaban ni ideas ni fuerzas. Mientras Tito dio entrada a Song por Villa para apuntalar el centro del campo, Ancelotti lo intentó con Beckham, un especialista en balones largos, pero que apenas tuvo opción de tocar la pelota.
Ficha técnica:
Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Adriano (Bartra, min.62), Jordi Alba, Sergio Busquets, Xavi, Iniesta, Villa (Song, min.84), Cesc (Messi, min.62) y Pedro.
París Saint-Germain: Sirigu; Jallet (Van der Wiel, min.88), Alex, Thiago Silva, Maxwell, Verratti (Beckham, min.84), Thiago Motta, Lucas Moura, Lavezzi (Gameiro, min.81), Pastor e Ibrahimovic.
Goles: 0-1: Pastore, min.50. 1-1: Pedro, min.71.
Árbitro: Björn Kuipers (HOL). Mostró tarjeta amarilla a Adriano (min.42), Lavezzi (min.80), Thiago Silva (min.85) y Beckham (min.90).
Incidencias: Partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el Camp Nou ante 96.022 espectadores.