James Rodríguez ha ofrecido su versión sobre su huída a 200 km/h en la M-40 perseguido por un coche de policía. El colombiano, que hizo caso omiso a las órdenes de la policía tras darle el alto en dos ocasiones, se justificó diciendo que se asustó al ver al coche policial “de incógnito” y temió "que fuera un secuestro".
Esa es la versión que ofreció a la policía, retenida en la puerta de la Ciudad Deportiva de Valdebebas por los miembros de Prosegur, la empresa de seguridad del club. Una maniobra que muchos han calificado como "obstrucción a la autoridad". Lo cierto es que los agentes que perseguían al colombiano entraron finalmente a Valdebebas a las 17:30. Si llamativa es la excusa del futbolista, no lo es menos la postura del Real Madrid.
Según el club, James no iba a 200 kilómetros por hora y no había radar que certificara a qué velocidad iba. No es la primera vez que el club que preside Florentino Pérez sale en defensa de sus jugadores tras cometer una irregularidad que roza el delito vial. El precendente ocurrió con Benzema, al quitaron el carné en febrero de 2013 tras ser cazado a 216 kilómetros por hora. Dos años más tarde, en mayo de 2015, le detuvieron por conducir sin carné. Florentino Pérez se limitó a advertir: “Le quitaron el carné, como a otros muchos”.
El colombiano completó el entrenamiento con el resto de sus compañeros después de conocer que ha sido denunciado por la Policía Nacional por conducir por la M-40 a más de 200km/h y no detenerse pese a la petición de la Policía