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Cinco razones por las que Mourinho ha fracasado esta temporada con el Chelsea

              

  • Terry y Cahill se lamentan tras una derrota de esta campaña.

Los números hablaban cruelmente claro: Mourinho había perdido tantos partidos en las dieciséis jornadas disputadas en la presente Premier League (nueve) como en sus tres primeras temporadas completas en la liga inglesa. El dato, devastador, habla de un vigente campeón sumido en una de las mayores crisis de su historia reciente. A sólo un punto del descenso tras su derrota en Leicester, procede desgranar los porqués del naufragio blue.

- La defensa: Antaño un auténtico bastión de los londinenses, la retaguardia del Chelsea ha perdido solidez de manera preocupante. Se ha mostrado extrañamente cándida en muchos compases de la temporada y carece de la complicidad de hace no demasiado. Ivanovic y Cahill, normalmente valores seguros, están muy por debajo de su nivel. El joven Zouma tiene unas condiciones magníficas, pero aún debe fraguar. Y los fichajes de la zaga, Baba Rahman y el inédito Papy Djilobodji, son aún más futuro que presente. La lesión de Thibaut Courtois tampoco ha ayudado.

- Falta de gol: Ha sido una queja recurrente durante la segunda etapa inglesa de Mourinho. El luso reclamó insistentemente meses atrás que al equipo le faltaba un 'nueve' diferencial y, para satisfacer esa petición, Abramovich enarboló la chequera y sacó a Diego Costa de la orilla del Manzanares. El matrimonio del punta de Lagarto con su nuevo entrenador pareció bien avenido la temporada pasada, pero en este curso las circunstancias han cambiado: Costa no termina de coger la forma y carece del olfato goleador de la 2014-2015. Falcao, mediático en su día, no es ni un esbozo del 'Tigre' que rugía en el Atlético. En medio de este panorama, los fogonazos de un centrocampista como Willian (sobre todo, a balón parado) han terminado evitando males aún mayores en más de una ocasión.

- El factor Hazard: Un tuit humorístico retrataba hace unos días en Inglaterra del paupérrimo momento del belga: "La última vez que Eden Hazard marcó un gol en la Premier League, Klopp entrenaba al Dortmund, Xavi jugaba en el Barça, Eva Carneiro estaba en el Chelsea... y Caitlyn Jenner era un hombre". El hombre capital de los blues, el teórico sumo generador de juego sobre el césped, se ha marchitado de pronto. Y sus compañeros, cómo no, echan de menos el talento del que fuese nombrado Mejor Jugador de la pasada Premier. La recuperación colectiva en Stamford Bridge pasa porque vuelva a imaginar quien no hace demasiado parecía firme candidato a ganar un Balón de Oro a medio plazo.

- El vestuario: Los rumores de que Mourinho había perdido las riendas del vestuario se acentuaron tras la última derrota del Chelsea. "Me siento frustrado y traicionado por mis jugadores", afirmaba sin titubear el de Setúbal en el postpartido. Unas acusaciones graves que entroncan con lo publicado en la prensa inglesa, que incluso llegó a señalar a Cesc Fàbregas como supuesto líder de la facción descreída de la plantilla. El déjà vu con lo que ocurrió en la última campaña del entrenador portugués en Madrid es inevitable.

- Incendios permanentes: La constante presión interna, los dardos públicos y la sensación de que Mourinho se ponía el primero en la fila a la hora de acreditarse las victorias pero el último cuando tocaba asumir fallos tras las derrotas habían enrarecido enormemente el clima en el Chelsea. No es nueva la tendencia pirómana del míster setubalense, que se acentúa, claro, cuando los resultados no acompañan. Polémicas con árbitros, con periodistas, con jugadores e incluso con la doctora del primer equipo hacían imposible que se mantuviese en Stamford Bridge la calma necesaria para remontar el vuelo.

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