La situación económica del Barcelona, al igual que la deportiva, despierta muchas dudas. La economía culé ha sufrido un severo parón en su crecimiento, poniendo en peligro la viabilidad de un proyecto que está atravesando demasiados líneas rojas.
La Asamblea de socios compromisarios ha revelado numerosas anomalías en las hasta hace poco saludables cuentas barcelonistas. En primer lugar se ha producido un frenazo en el creciemiento de los ingresos muy preocupante. Tanto, que en las tres últimas temporadas se ha producido el temido "crecimiento cero". En la temporada la temporada 2012-13 se ingresaron 476 millones de euros, 480 millones en la siguiente y 478 en la pasada campaña, según datos facilitados por el propio club.
El Barcelona era hasta hace poco el segundo club en el ránking económico tras el Real Madrid. Sin embargo, el parón en el crecimiento y la evolución de otros clubes está haciendo perder posiciones a los culés. El Real Madrid ingresó la pasada campaña 550 millones, "70 más que el Barça", por los 545 del Manchester United, y 530 del Bayern de Múnich. Eso convierte al Barcelona en el cuarto a ingresos. Y hay otros clubes de la Premier (City, Chelsea, Arsenal ...) que ya están en los 450 millones y continuarán creciendo gracias al nuevo contrato de televisión y el mercado global de patrocinios.
Para Marc Ingla, vicepresidente entre 2003 y 2008, "increíblemente, el crecimiento se ha detenido desde hace tres temporadas, a pesar de haber tenido la oportunidad de comercializar el mejor equipo y el mejor jugador del mundo. Se hace difícil de creer".
Ingla también mostró su inquietud por el nivel de gasto de la entidad. "Está totalmente disparado. Para la próxima temporada se han presupuestado 509,6 millones de euros en gastos, en los que los gastos en salarios de jugadores más las amortizaciones serán como mínimo de 364,2 millones, un 71% respecto a los ingresos ordinarios previstos para la misma temporada 14/15, por encima del 'límite de seguridad'", lamentó.
El Barcelona ha dejado de ser atractivo para los patrocinadores y espónsors, no crece y arrastra una pesada carga en forma de salarios de unos jugadores que no acaban de refrendar en el campo su peso presupuestario.