La selección española femenina de waterpolo no podrá revalidar la medalla de plata que conquistó hace cuatro años en Londres, tras caer este lunes por 12-10 en un encuentro de cuartos de final en el que España pagó su falta de acierto ofensivo.
Así lo atestiguan los casi nueve minutos que las de Miki Oca estuvieron sin marcar entre el tramo final del tercer período y el ecuador del último cuarto. Un lastre insuperable, que condenó a España a una derrota que parecía lejana, tras el buen comienzo de la selección española, que a los cuatro minutos de juego marchaba con una ventaja de 1-3 en el marcador.
Pero todas las buenas sensaciones que dejaron nuestras chicas en el primer período se fueron ensombreciendo poco a poco hasta oscurecerse totalmente en el tercer parcial. La solidez defensiva de la que habían hecho gala hasta entonces las españolas desapareció de forma súbita, incapaces de contener los movimientos de las boyas rusas Anastasia Simanovich y Anna Timofeeva, que firmaron tres de los cinco goles de Rusia en el tercer parcial.
A los problemas defensivos se unieron las dificultades en ataque de un equipo español que no sólo no lograba marcar, sino que con sus imprecisiones ofensivas permitió a las rusas desplegar rápidos contragolpes que condenaron a España a entrar en desventaja (10-8) en el último parcial.
En esos ocho minutos finales las paradas de Anna Karnaukh y, sobre todo, los palos frenaron los intentos de remontada rojigualda que, pese a todo, no se rindió y logró abrir una vía a la esperanza con el gol (10-9) de Roser Tarragó a falta de 2:19 para la conclusión.
Pero las esperanzas apenas tardaron unos segundos en diluirse con los goles de Elvina Karimova y de Ekaterina Prokofyeva, que con un sensacional lanzamiento lejano que se coló por la escuadra acabó definitivamente (12-9) con el sueño olímpico de España, que poco más pudo hacer que maquillar el tanteador final (12-10).
Adiós a una de nuestras esperanzas más sólidas de medalla y a un grupo que, antes de llegar a Río, planeaba cómo poder meterle mano a las estadounidenses para asaltar el oro que se les esfumó hace una Olimpiada. El ambiente se enrareció en la previa con la no convocatoria de Jennifer Pareja, gran estrella de la generación, y un comienzo de torneo titubeante terminó sirviendo como prólogo para el drama.