Cristiano Ronaldo será madridista hasta 2021, cuando tendrá ya 36 años. Ha firmado un contrato que costará a las arcas del Real Madrid 40 millones brutos por temporada durante los próximos cinco años, para un desembolso total que rondará los 200 millones de euros.
La renovación de Cristiano es un acierto incuestionable en lo deportivo. El portugués, que inicia su octava temporada de blanco, acumula 371 goles en 360 partidos con la zamarra blanca. Su voracidad invita a pensar que alcanzará los 500 tantos sobradamente en las próximas cinco campañas. Y nadie duda que la decisión de su continuidad la habría tomado cualquier director general, entrenador o aficionado.
Sin embargo, Cristiano ha vivido de su portentoso físico durante su carrera y ve declinar sus condiciones naturales con el paso de los años. Una lesión crónica lastra su juego y le obliga a parar cuando acumula demasiados partidos. Un hecho que se ha producido en las dos últimas temporadas, en las que su fatiga física ha condicionado su rendimiento en la recta final del curso.
La escenificación de las últimas renovaciones, a costa de las arcas del club y con precios fuera de mercado, confirman las sospechas del madridismo: Florentino Pérez se ha renovado a sí mismo"
Esta temporada ha comenzado rebajando su asombroso promedio goleador (superior al gol por partido) anotando siete tantos en 12 encuentros. Más allá de su desacierto ante la portería, que cambiará en cualquier momento, lo que llama poderosamente la atención es su deriva hacia la demarcación de delantero centro en los partidos en los que no acierta con la portería.
Ronaldo, con la pérdida de potencia y velocidad es cada vez menos desequilibrante en la banda y eso le frustra llevándole a ocupar posiciones más cercanas a la portería, condicionando el dibujo táctico del equipo. En los partidos ante el Legia, Athletic y Leganés quedó de manifiesto que Cristiano no convive bien con la falta de protagonismo y de gol. Necesita marcar, su ambición se retroalimenta con los tantos y sin ellos es un jugador previsible y preso de la ansiedad.
Ha cumplido 31 años y en los próximos cinco irá perdiendo inevitablemente facultades, como las perdió en su día otro mito del madridismo, Alfredo Di Stéfano, quien no asumió con naturalidad su pérdida de protagonismo y se acabó marchando por la puerta de atrás enfrentado a Bernabéu.
Florentino le ha firmado a Cristiano el mejor contrato de su carrera cuando el luso comienza su declive físico, una decisión empresarial más que cuestionable. Un mal negocio para el Real Madrid. Las últimas decisiones de Pérez han empeñado al club de Concha Espina con las renovaciones de Sergio Ramos (20 millones al año brutos, cuatro temporadas más y 30 años), Gareth Bale (cerca de 30 millones brutos al año, seis temporadas más y 27 años) y Cristiano Ronaldo (45 millones brutos al año, cinco temporadas y 31 años). El Real Madrid pagará casi 100 millones anuales por dos futbolistas que ya han cumplido treinta años y por un Bale que malvive acostado a la derecha por la jerarquía de Cristiano.
El presidente de ACS ya está en campaña para ser reelegido en unos meses presidente del Real Madrid. La escenificación de las últimas extensiones de contrato a costa de las arcas del club, con precios fuera de mercado, confirman las sospechas del madridismo: Florentino Pérez se ha renovado a sí mismo. Por eso ayer ambos lucían la mejor de sus sonrisas. El luso ha hecho el negocio de su vida. El otro podrá seguir cerrando negocios encaramado al influyente púlpito del Real Madrid. Nerón se sigue paseando por Roma...