Lionel Messi se ha decantado finalmente por el Inter de Miami, el equipo propiedad de David Beckham, tal y como ha desvelado el propio jugador en una entrevista concedida a Mundo Deportivo: "No vuelvo al Barça, iré al Inter Miami", ha sentenciado
El '10' argentino cierra definitivamente la puerta a su vuelta al FC Barcelona y da inicio así a su andadura fuera de Europa, por primera vez desde que es futbolísta profesional. Con su marcha y la de Cristiano Ronaldo al fútbol saudí, desde el pasado mes de enero, es la primera vez también que ninguno de los dos mejoress jugadores de la historia juegan en el viejo continente.
A pesar de que no jugará de nuevo con la camiseta blaugrana, el capitán de la albiceleste ha confesado que su intención era volver a la Ciudad Condal: "Tenía muchas ganas, mucha ilusión de poder volver, pero, por otro lado, después de haber vivido lo que viví y la salida que tuve, no quería volver a estar otra vez en la misma situación: esperar a ver qué iba a pasar y dejar mi futuro en mano de otro, por así decirlo de alguna manera"
Messi pone rumbo a Estados Unidos, para enrolarse en el Inter Miami del exfubolista David Beckham, propietario y presidente de operaciones. El conjunto de Florida marcha último de la Conferencia Este tras 16 jornadas.
Tentado por el Barça y Arabia Saudí
Las dos opciones que más sonaban en las quinielas para el argentino eran el equipo que lo encumbró, el FC Barcelona, o su marcha a Arabia Saudí para jugar en el Al Hilal por una oferta de hasta 500 millones por temporada.
Las conversaciones de su padre, Jorge Messi, con el presidente de los blaugranas, Joan Laporta, hicieron saltar las alarmas sobre el posible retorno del hijo pródigo al Barça, aunque ahora todo apunte a su incorporación al equipo de David Beckham. "Hay que hablar muchas cosas", dijo entonces el padre del jugador tras su reunión con Laporta, y reconoció que su deseo era que su hijo volviera al club que le aupó.
Desde Marca ven en la competitividad en la MLS, por encima de la saudí y su 'insatisfactoria' experiencia en París, la puesta a punto que el jugador prefiere de cara a la próxima Copa América. A ello se suma el componente familiar, por el que Miami, una ciudad en la que muchos de sus habitantes hablan español y en la que tiene una casa en propiedad, es una ventaja para el jugador y sus hijos.
Urente
Bueno, demuestra que para él al menos no todo es cuestión de pasta.