"La verdad es que no recuerdo haber respondido a esa pregunta en ninguna encuesta". Esta fue la curiosa respuesta de Indurain cuando le preguntaron por una (¿presunta?) encuesta publicada en 'De Telegraaf'. Según este diario holandés, los 25 campeones vivos del Tour respondieron a la siguiente pregunta: ¿Deberían devolverle a Lance Armstrong sus siete triunfos en el Tour de Francia? Doce votaron a favor de la restitución de los títulos al estadounidense, entre ellos (supuestamente) Indurain, siete lo hicieron en contra y seis no opinó o no contestó.
"Lo que me parece mal es que un Tour que se ha disputado no tenga ganador", explicó el navarro, precisamente con la misma respuesta que aparece en la mencionada encuesta. "Si no le quieren dar ganador al segundo ni al tercero, que se lo den a él", añadió Indurain en referencia a Lance Amstrong. "Y si no se lo dan a él, que se lo den al segundo", insistió. Sin embargo, como quiera que no había respondido a la pregunta que se le había hecho, el moderador de los Desayunos Deportivos de Europa Press le insistió: "¿A pesar de todo lo que ha ocurrido con Armstrong?".
Pero Indurain no quiso responder e, incluso, volvió a poner en duda la resolución del 'caso Armstrong', cuando ha sido el propio ex ciclista texano quien ha confesado su dopaje: "Ha habido muchas interpretaciones, pero… Pero digo lo mismo, que un Tour tiene que tener un vencedor", sentenció el campeón español, a quien es evidente que le cuesta, no ya aceptar el dopaje en el ciclismo, sino incluso hablar de él.
Igual el problema, además de generacional, también es cultural, pues mientras Bahamontes, Perico y Pereiro también respondieron afirmativamente en la citada encuesta y otros dos españoles ganadores en París, Contador y Sastre, "no saben o no contestan", el británico Chris Froome condena sin paliativos a Armstrong: "Esos lugares vacíos simbolizan una mala época. De hecho, que devolviera los maillots amarillos supondría un buen gesto por parte de Lance". Igualito que Indurain, a quien su condición de mito del deporte español parece eximir de reconocer y condenar el dopaje.