El equipo español de natación sincronizada cerró una más que buena competición con la tercera medalla de plata, la séptima en total, gracias al baile que se marcaron a ritmo de Elvis Presley en la final de la rutina del combo libre, con una puntuación de 94,620 puntos, a bastante distancia de una Rusia (97,060) que sólo sabe nadar para colgarse el oro, pues se van con siete metales de muchos quilates, y con Ucrania (93,350) completando el podio.
En la era post-Anna Tarrés, las chicas dirigidas ahora por Esther Jaumà, Mayuko Fujiki y Gemma Mengual se marcaron un rock épico para rememorar al rey del género y poner en pie a un Palau Sant Jordi que presentó una imagen impactante, incluso superando el récord de asistencia del sábado anterior, al no poder estar quieto viendo bailar a las anfitrionas, que pusieron con la plata un gran broche final a la sincronizada, en que se igualaron las 7 medallas de Roma 2009.
Con Ona Carbonell, que ha completado las siete pruebas y siete medallas, Marga Crespí (con cinco preseas), Clara Basiana, Alba Cabello, Thais Henríquez, Paula Klamburg y las más jóvenes Sara Levy, Meritxell Mas, Laia Pons y Cristina Salvador, España dice adiós a los segundos Mundiales en Barcelona en diez años con tres platas y cuatro bronces.