El 22 de febrero, preguntado por las órdenes que le daba a sus jugadores, Luis Enrique contestó con ironía: "Les digo Abracadabra". De los últimos 12 puntos, el Barcelona sólo ha ganado uno, desperdiciando nueve puntos que tenía de ventaja sobre el Atlético hace tres jornadas de Liga y de los 12 que disponía sobre el Real Madrid, solo le resta uno. A eso además le suma la dolorosa e inesperada eliminación en la Liga de Campeones.
¿Qué le pasa al Barcelona? Sencillamente que su tridente se ha venido abajo y su entrenador no es capaz de activarlo o de ofrecer un plan B. ¡En los últimos cuatro partidos suman dos goles! Messi sumaba 515 minutos sin marcar ni asistir, antes de que anotar el gol que logró anoche ante el Valencia. El argentino está jugando tocado, pero el entrenador no le da descanso ni deja que se recupere. Y a eso suma los desplazamientos a Sudamérica para jugar con Argentina, donde sigue cuestionado.
Pero el problema acuciante es el desfallecimiento de Neymar. El brasileño perdió los dos balones que le costaron los goles ante el Valencia, sin hacer ademán de pelear por recuperarlos. Además de protagonizar un feo gesto con Barragán al final del choque, con quien se citó en el túnel de vestuario. El brasileño, que se cambió de botas dos veces durante el partido, no ha vuelto a ser el jugador desequilibrante de la primera mitad de temporada tras marcharse a celebrar el cumpleaños de su hermana en Brasil. Acumula 12 asistencias, pero no ha dado ninguna ni ha marcado un solo gol en los últimos cuatro partidos. El futbolista tiene abierto un frente con el club porque pretende jugar la Copa América y los Juegos Olímpicos de Río este verano, algo que el Barcelona le ha comunicado que no le permitirá al tener derecho a veto en los JJOO.
No ofrece soluciones tácticas, no tiene autoridad sobre el vestuario, no es capaz de sentar a la MSN y no logra convertir en alternativa a ningún jugador del banquillo
Y a todo eso se suma la inoperancia de un Luis Enrique que ayer ante el Valencia ni realizó cambios ni puso a calentar a nadie del banquillo. Un dato alarmante en un partido en el que el equipo se vino abajo en la segunda parte, lo que retrata su falta de fe en la plantilla. Luis Enrique solo ha escenificado un aporte táctico en los últimos partidos: mandar a Piqué a jugar de 9 como ocurrió con Alexanco en su día. El problema es que no lo ha hecho una vez, comienza a ser una costumbre grosera y previsible que no aporta ninguna solución real.
El asturiano no ofrece soluciones tácticas, no tiene autoridad sobre el vestuario, no es capaz de sentar a la MSN y no logra convertir en alternativa a ningún jugador del banquillo. Luis Enrique se entregó a la improvisación de Messi, Luis Suárez y Neymar el año pasado tras la derrota con bronca de Anoeta y ganó la Liga. Este año ha vuelto a encomendarse a lo mismo, pero ahora que el viento no sopla de cara se ha comprobado que no aporta ninguna solución al equipo. Encima, al concluir el partido protagonizó un incidente al faltar al respeto a un periodista que cuestionó si podía explicarse el bajón clasificatorio por un problema de preparación física.
El Barcelona está fuera de la Champions. El Barcelona ha tirado una Liga que tenía ganada. Y el Barcelona ha descubierto que su entrenador es más alineador que otra cosa. Su Abracadabra se ha convertido en arrogancia, faltas de respeto y nulas aportaciones tácticas. Después de pasarse la temporada hablando del triplete ha perdido la Champions por jugar especulando en el Calderón en la vuelta y ahora ha abierto el melón de una Liga que tenía ganada. El Barcelona está en la encrucijada, su tridente señalado y Luis Enrique se ha descreditado como entrenador.