Las pruebas de la Fiscalía sudafricana que acusan al velocista olímpico sudafricano Oscar Pistorius de asesinar con premeditación a su novia, Reeva Stenkamp, en 2013, son "circunstanciales" y la acusación no ha conseguido demostrarlo "más allá de la duda razonable", según la juez encargada de instruir el caso, Thokozile Masipa, durante la lectura del veredicto, todavía no emitido.
"Simplemente no hay hechos suficientes que apoyen este aspecto", ha hecho saber la magistrada durante su declaración, que no supone en modo alguno una absolución para Pistorius: el atleta todavía podría ser condenado por homicidio involuntario.
Asimismo, la letrada también ha descartado una de las principales pruebas de la acusación pública: el testimonio de Michelle Burger y su marido, Charl Johnson. Aseguraron haber oído gritos de terror procedentes de la casa de Pistorius en la madrugada de los hechos -14 febrero de 2013- antes de un sonido que interpretaron como disparos. La magistrada considera que la distancia a la que se encuentra la vivienda de este matrimonio les impide haber identificado con claridad los ruidos, y se apoyó para justificarlo en el testimonio de un experto de sonido llamado a declarar por la defensa. Además, considera que la pareja debió confundir el sonido de los disparos con los golpes que dio el acusado a la puerta del cuarto de baño con un bate de cricket.
Oscar Pistorius, un atleta en horas bajas
Pistorius es conocido por haber sido el primer atleta paralímpico en correr en igualdad de condiciones con atletas sin taras físicas. Recurrió la decisión del TAS para poder correr en Pekín en 2008 y lo consiguió, pero no pudo clasificarse para correr los 400 metros. Volvió a intentarlo en 2012, y finalmente logró clasificarse, aunque no se llevó medalla. Pistorius no tiene piernas por debajo de la rodilla, pero no fue un impedimento para que, a través de unas prótesis específicas, pudiese correr como un atleta sin impedimentos físicos.
Su via crucis personal comenzó cuando presuntamente confundió a su novia, Reeva Steenkamp, con un ladrón que se había colado en su casa. Aficionado a las armas de fuego, con las que ya había tenido algún incidente destacable, Pistorius encañonó a su pareja, causándole la muerte. Desde aquel día, comenzó su decadencia; Nike le retiró su patrocinio, tuvo que entregar su pasaporte y una fianza de 113.000 dólares -unos 90.000 euros-. Se le ha descrito como un 'paranoico', obsesionado con los robos o los ataques a su persona o en su hogar. Ahora se enfrenta a una carrera para la que no vale solo con clasificarse.