No son tiempos fáciles para Gerard Piqué. El último encuentro ante el Inter de Milán en la Champions League destapó las vergüenzas futbolísticas del defensa catalán. Sus innumerables fallos defensivos retrataron el fin de una carrera deportiva que llevaba años dando síntomas de agotamiento. Aunque la relación se encuentra totalmente rota con otros capitanes como Sergio Busquets o Jordi Alba, las polémicas externas que han rodeado a Gerard Piqué en los últimos años han hecho más grande la brecha entre el soberano del Camp Nou y él.
La situación deportiva del defensa cambió de sobremanera en verano. El técnico Xavi Hernández fue sincero con él y le dijo que era el quinto central del equipo, muy por detrás de hombres como Ronald Araujo, Jules Koundé o Andreas Christensen. Gerard Piqué aceptó el reto de ganarse los minutos con su trabajo, entre otras cosas porque ningún club del mundo le iba a pagar la barbaridad que cobra tras su renovación en enero de 2018.
El contrato tóxico de Gerard Piqué que envenena a la afición
En la era de Josep Maria Bartomeu, los atracos eran el modus operandi habitual. La plantilla tenía secuestrada económicamente al club, el cual no dudaba en aceptar las desorbitadas cifras que exigían jugadores y agentes. Además, dilapidaba el prestigio y el dinero en caja con fichajes absurdos y contratos tóxicos. De aquellos polvos, estos lodos.
Uno de los jugadores que tocó la puerta de Bartomeu con exigencias faraónicas fue Gerard Piqué. Firmó en 2018 una renovación por cinco temporadas, hasta la 21/22. Un total de 142 millones de euros brutos a lo largo de ese lustro. Se convertía así en el central mejor pagado del mundo con 15 millones de euros netos, notablemente por encima de Sergio Ramos, el cual estaba cerca de los 12.5 millones netos por temporada en el Real Madrid.
Con la pandemia de la COVID-19 de por medio, el club empujó a los jugadores a recortes salariales obvios por lo insostenible de la situación económica del club. Gerard Piqué firmo una nueva renovación para redistribuir de forma progresiva la subida salarial de su contrato. De este modo, cobraría 18 millones de euros brutos en la campaña 20/21, 27,7 en la 21/22, 29,5 en la 22/23 y 40,8 en la 23/24.
El salario desmesurado para un jugador con su nivel actual, sumado a lo imposible de una salida en el mercado invernal y su pésimo estado de forma, han convertido a Gerard Piqué en el foco de las críticas de la afición. La situación no parece tener una solución sencilla, lo cual invita a pensar que los próximos meses van a ser muy duros para el central, sobre todo cuando se recuperen los tres centrales (más Eric García) que están por delante de él en la rotación.