El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, tan pendiente siempre de lo que lo que dicen las encuestas, ha sido informado de que está perdiendo popularidad, algo que le ha dejado preocupado.
Tanto, que el pasado jueves convocó una rueda de prensa a las once la noche para el viernes por la mañana. La excusa, presentar las cuentas de "la institución deportiva del mundo con más ingresos por décimo año consecutivo", un terreno donde sabe que es difícil que se le pueda criticar.
Sin embargo, el verdadero motivo de la comparecencia de Florentino fue responder por boca propia -y dejarse por un rato de filtraciones que no estaban surtiendo efecto- a todas las cuestiones que le están llevando a ese preocupante descenso en popularidad, el cual se puede acrecentar si el Real Madrid no gana este sábado al Atlético en el Bernabéu.
Las salidas de Di María al Manchester United y de Xabi Alonso al Bayern de Guardiola. La derrota en la Supercopa de España ante el Atlético, que volvió a celebrar un título, y esta vez ante el eterno enemigo y en su estadio. La marcha atrás con Khedira, que sigue pese a no haber renovado, acabar contrato en 2015 y haber negociado este verano con otros clubes.
El desilusionante fichaje del mexicano Chicharito Hernández, quien de hecho ni siquiera es un fichaje, sino un préstamo del United. Las declaraciones de Cristiano Ronaldo, en las que el portugués puso en duda sus decisiones sobre las salidas antes mencionadas, alabó la llegada de Falcao por el equipo inglés y volvió a recordar que le gustaría regresar a Old Trafford.
El "accidente", como él lo definió, de Anoeta, donde los de Ancelotti vieron cómo la Real Sociedad remontaba un 0-2 y les endosaba la primera derrota en Liga tras dos jornadas disputadas . Las dudas que vuelve a ofrecer un técnico que ha tragado con todo y ahora debe recomponer su equipo con Kroos y James, dos jugadores que poco el primero y nada el segundo tienen que ver con Alonso y Di María, respectivamente.
A diferencia de otros veranos, Florentino se ha gastado 122 millones en fichajes, pero teniendo en cuenta lo que ha ingresado por las ventas, en realidad sólo ha invertido 8. Hasta el mal inicio de Zidenide Zidane al frente del Castilla y las ridículas pretensiones del ahora entrenador francés de que en su visita a Fuenlabrada le habilitaran un despacho.
Tan aficionado a hablar por boca de otros, aunque luego no tenga ningún reparo en desmentirles públicamente e, incluso, dejar que esos otros carguen con las consecuencias de sus indirectas acusaciones, Florentino Pérez ha intentado dejar por pesetero a Di María, precisamente el argumento para no fichar a Falcao, y ha subestimado la marcha de Xabi Alonso, un asunto que merece un capítulo a parte.
Además, 'invitó' a Cristiano Ronaldo a rectificar sus declaraciones, algo que el portugués hizo, aunque para ello recurriera a un argumento tan simple como decir que se le malinterpretó. Del resto ya se encargará Ancelotti, un técnico al que Florentino manoja a su antojo, de ahí que tampoco le guste demasiado que se le elogie. Paradójico, sí.
Y así llega Pérez el derbi de este sábado. Si hay algo que no soporta es que el Atlético haga sombra al Real Madrid. De hecho, se niega a que les comparen y evita juntarse en actos conjuntos. Perder la Liga la temporada pasada sólo lo tapó ganar la ansiada décima Copa de Europa. Eso sí, en una final precisamente contra los colchoneros, en la que el presidente de ACS no pudo mantener la compostura cuando Ramos logró forzar la prórroga.
Para Florentino el verdadero rival del Madrid no es el FC Barcelona, al que también considera un club muy inferior, sino el Atlético. Primero, por la vecindad, pero también por sus malas relaciones con sus dueños. El derbi del Bernabéu es más importante de lo que parece. Sobre todo para Florentino Pérez y su imagen. Sin duda lo que más, por no decir lo único, que le importa. Eso, y lo que digan las encuestas...