Fernando Alonso está inmerso en el reto mental y físico más portentoso de su carrera profesional. A sus 35 años es uno de los contados mortales que a lo largo de la historia del automovilismo han sido capaces de competir al máximo nivel en las dos categorías de élite: Fórmula 1 e Indycar.
La F1 ya la tiene dominada, no en vano cumple su decimosexta temporada y posee dos títulos mundiales. Pero desde hace demasiados años el piloto español se aburre mucho. No tiene un coche competitivo y ha buscado un nuevo reto al otro lado del mundo.
El 28 de mayo Alonso tomará la salida en una carrera legendaria: 500 Millas de Indianápolis. Se trata de una prueba que se corre sobre un mítico circuito en forma de óvalo, todos con coches idénticos, y ello le obliga a acelerar -nunca mejor dicho- el período de conocimiento y ensayos necesarios para poder salir a la pista con garantías.
Montoya, 'asesor'
Los que conocen al asturiano saben de su grado de compromiso profesional, pero quizás Juan Pablo Montoya no lo ha calibrado bien. El colombiano, expiloto de F1 y actualmente en la Indy, envió al español un SMS poniéndose a su disposición para ayudarle en cuanto se enteró de que correría en Indianápolis.
Desde entonces, Alonso le vuelve loco a preguntas y consultas a través del teléfono. Quiere saberlo todo y, como el tiempo apremia, saberlo cuanto antes.
Por suerte para Montoya, Fernando viajó el pasado lunes a Estados Unidos. Este fin de semana presencirá en directo el GP de Alabama metido en el garaje del que será su equipo en Indianápolis, el Andretti Autosport.
Ingeniero campeón
El dueño del equipo es Michael Andretti, expiloto e hijo del mítico Mario Andretti, campeón del mundo de F1 (1978) y el único que, además de este título, ha ganado las 500 Millas de Indianápolis y las 500 Millas de Daytona.
Michael ya ha desvelado que el ingeniero de pista de Alonso será Eric Bretzman, que dirigió a Scott Dixon en tres de los cuatro campeonatos Indy que ha logrado. Además, el mismísimo propietario de la escudería, que hasta el año pasado era el estratega de su hijo Marco, será quien tome las decisiones en pista.
Técnica y estrategia
Lo primero que Michael Andretti y el resto de la escudería tienen que enseñarle al piloto español es la especial técnica de pilotaje en un circuito en forma de óvalo donde los bólidos rozan velocidades punta de 400 km/h.
El siguiente paso será introducir a Alonso "en tráfico". Es decir, darle las nociones necesarias para que pueda adelantar y defender su posición durante una carrera donde los coches circulan pegados, casi en caravana permanente.
Y en Alabama -cuyo circuito no es oval- podrá ver en directo el trabajo en boxes, las paradas, el reagrupamiento de los bólidos en la pista y todos los detalles particulares de estas carreras.
Simulador engañoso
Como sucede en la F1, Alonso también practicará todo lo que pueda en un simulador, pero Andretti ya ha avisado sobre la utilidad relativa de estas máquinas en la Indy.
“Hay que tener cuidado con los simuladores de óvalo porque a los pilotos novatos pueden darles una sensación diferente de la realidad que luego se encuentran en la pista -avisa Michael-. Me preocupa un poco que Fernando practique en un simulador, pero trataremos el tema cuando hable con él".
Vuelta al mundo
Esta apretada agenda de trabajo se completa con toda la información teórica sobre la Indyque Fernando Alonso ya ha anunciado que "estudiará". Tiempo va a tener, especialmente durante los largos viajes que hará en apenas mes y medio.
En sus idas y vueltas de la F1 a Estados Unidos hará más de 45.000 kilómetros, una cifra superior a los 40.000 que se recorrerían dando la vuelta al mundo por el mismo ecuador de la Tierra.
Este frenesí viajero también conlleva un componente de desgaste físico que, en una modalidad tan dura como el automovilismo, a buen seguro que ha sido prevista por el piloto español y sus preparadores con un trabajo específico durante estas arduas semanas.