La materialización de la Superliga supondría un aumento de 400 millones de euros en las arcas de los únicos promotores españoles de esta competición, el Real Madrid y el F.C Barcelona, mientras que para el resto de clubes de LaLiga supondría una pérdida de ingresos del 55%, según el informe pericial realizado por KPMG sobre el impacto económico negativo de la Superliga en la competición y los clubes españoles que ha presentado LaLiga.
En este acto, celebrado en la sede de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) de Madrid, presidido por el máximo dirigente de LaLiga, Javier Tebas, se presentaron las principales conclusiones del informe que “dejan en evidencia el enorme perjuicio que supondría la celebración de esta competición para el fútbol europeo”, según se expuso.
En el contexto actual, las diferentes ligas domésticas representan más del 75% del valor del fútbol actual en Europa, ya que las 40 ligas profesionales y asociaciones europeas generan un total de ingresos de 25.725 millones de euros y 11.000 millones en derechos audiovisuales.
Este trabajo concluye que la aparición de la Superliga destruiría este ecosistema económico-deportivo al impactar directamente en el reparto de dinero entre clubes y sus federaciones, ya que señala que en el modelo de la Superliga serían solo los grandes equipos los responsables de todas las decisiones, elimando "la democracia" en la que se basa el fútbol actual.
"La Superliga no es un formato de competición"
Para Javier Tebas, “la Superliga no es un formato de competición, es un concepto ideológico que nació en el año 2000 inspirado por Florentino Pérez, cuyo único objetivo es que los clubes con más activos sean los que manden en el fútbol europeo y esto destruiría las ligas nacionales de todos los países. Sería como si los bancos fuesen los que mandasen en los países”. En cuanto al supuesto formato de la competición, el presidente de LaLiga incidía en que “se sabe perfectamente cuál es el formato que quieren implantar, pero no son transparentes en este sentido porque saben que sería muy perjudicial para el fútbol en toda Europa. Cuando hablan de meritocracia, es solo sobre el papel y de forma muy ‘light’, ya que solo sería para cuatro clubes. Lo que pretenden es cerrar el modelo que lleva funcionando en Europa durante los últimos 40 años con la Champions y que conllevaría la ruína del resto de clubes. No se puede trasladar el modelo de divisiones de las ligas nacionales a las competiciones europeas, no es viable y destruiría a la industria".
Por tanto, sostuvo que el fútbol europeo se enfrenta a los promotores de una competición elitista que amenaza esta industria en todos los países. Según LaLiga, la Superliga “dinamitaría” los valores básicos de este deporte, eliminando la meritocracia deportiva para el acceso a la competición, ya que insiste en que solo accederían los mismos elegidos temporada tras temporada. Asegura que esto supondría la desaparición de las opciones de todos los clubes a competiciones europeas, eliminando así uno de los mayores incentivos de los clubes, ya que más de 1.000 equipos no podrán ni acceder a la Superliga, con su consecuente impacto negativo en el valor de las competiciones de cada país.
En términos económicos, el estudio señala que la irrupción de la Superliga se traduciría, a corto plazo, en un vacío económico de las ligas domésticas en favor de la nueva competición debido al trasvase de ingresos por derechos de televisión, y, por ende, mermando los ingresos propios de los clubes. Un hecho, indica, que derivaría en la reducción de salarios y puestos de trabajo, y, por tanto, en una caída del PIB y de recaudación de impuestos en los propios países, con unas consecuencias que supondrían la destrucción de una gran industria construída durante más de 100 años sobre un modelo europeo que ha demostrado su éxito y solvencia, advierte LaLiga.
Según el análisis de LaLiga, la materialización de la Superliga en LaLiga supondría un aumento de 400 millones de euros en las arcas de los únicos promotores españoles de esta competición, el Real Madrid y el F.C Barcelona, que además mantendrían su actividad comercial, mientras que para el resto de clubes de LaLiga supondría una pérdida de ingresos del 55%, con una liga doméstica menos atractiva para el aficionado español.
Aumentaría la brecha entre clubes
Un modelo que aumentaría la brecha entre los grandes clubes y los medianos y pequeños y que beneficiaría a las fichas de jugadores de los equipos grandes, que solo representan el 5% del total de profesionales, mientras que el 95% verían cómo disminuye su salario.
Para Tebas, “este proyecto lo que hace es beneficiar a un grupo de jugadores muy pequeño, perjudicando a todos los demás que verían reducidos significativamente sus salarios, por tanto, esto es algo que también afecta directamente a los sindicatos del sector que deben velar por los intereses de todos los profesionales”.
Sostiene que se produciría un gravísimo desequilibrio entre los grandes clubes frente a los demás, algo que, dijo, va en contra del espíritu deportivo al atentar “contra la igualdad de oportunidades”, suponiendo, además, un notable descenso en el interés de los aficionados “al saber que unos pocos juegan con las cartas marcadas”.
Esta pérdida de interés por parte del público de LaLiga, motivado también por la celebración de más partidos de clubes de máxima categoría, en detrimento del resto de equipos de la competición, y, por tanto, la reducción de la relevancia de la competición doméstica, impactaría negativamente en los ingresos audiovisuales de LaLiga y sus clubes en un 64%, o lo que es lo mismo, 1.208 millones de euros menos para el fútbol español, según el informe.
“La Superliga conseguirá que aquellos dos clubes que ya están en su primera división pierdan el interés por la competición doméstica, con la correspondiente pérdida de emoción para todos los aficionados locales. Algo que derivaría en un menor atractivo audiovisual, y, por tanto, en descensos de ingresos enormes. Una consecuencia que también se daría en la facturación por patrocinios o sponsors”, declaraba Javier Tebas, que también quiso incidir en que “este descenso de ingresos afectaría también a los organismos que reciben fondos del fútbol español, como el Consejo de Deportes, entre otros, así como a todos los accionistas de los clubes en España, que verían cómo sus acciones pierden valor drásticamente”.
Recordó que el Consejo de Europa se ha posicionado en contra de la Superliga, y, por su parte, el Parlamento Europeo ha defendido, con un 87% de los votos, el modelo actual.
El planteamiento que hace la Superliga no es nuevo para el fútbol europeo, ya que LaLiga subraya que en 2019 el fútbol europeo rechazó frontalmente un modelo de Superliga con ascensos y descensos entre competiciones similar al proyecto liderado ahora por Florentino Pérez. Esta iniciativa fue igualmente rechazada contundentemente por 244 clubes de Europa porque entendían que este proyecto rompería la sostenibilidad del fútbol europeo. El análisis de LaLiga a partir del informe pericial de KPMG en ese año sobre esta hipotética competición reflejaba que su puesta en marcha supondría la pérdida del 40% de los ingresos de las ligas domésticas, y del 45,5% en su valor.