Lo que está pasando con la gestión del fútbol español no tiene nombre. Aunque ya sea costumbre que La Liga y la Real Federación Española batallen hasta por el color del cielo, la cosa está llegando al paroxismo en esta época donde los mandamases del cotarro son Javier Tebas y Luis Rubiales, respectivamente. La penúltima cuita tiene que ver con el inicio del campeonato liguero.
Este mismo lunes conocíamos una carta que no tiene desperdicio. Se la envía la Federación a Tebas. Y empieza de una forma un tanto curiosa. "Permítame iniciar este escrito diciéndole que no salgo de mi asombro al leer el contenido de la carta que nos envía en relación con el sorteo. Leyendo esta carta y el conjunto de los últimos escritos y comunicados de su autoría, me permito sin ningún tipo de acritud, recomendarle o aconsejarle que ponga un poco de calma en su estado de ánimo. Tranquilícese por favor, será bueno para usted, para su salud y será bueno para el fútbol". Qué buen rollo.
Más allá de la pulla sobre la calma -qué pena que no mencione los buenos alimentos-, la carta tiene por objeto señalar que la Federación discrepa por completo de La Liga en lo que concierne al sorteo del calendario de la competición. En román paladino, ahora mismo no está claro cuándo se va a sortear el orden de los encuentros de Primera y Segunda, pese a que ambas competiciones deberían empezar, si el coronavirus no lo impide, el próximo 12 de septiembre.
Este es el penúltimo despropósito de unos gestores, los del fútbol español, que están en una guerra que parece tener poco que ver con el interés de los espectadores, que son, no se olvide, quienes pagan, alimentan y dan sentido -si es que lo tiene ya- a este negocio
Resulta que Tebas está empecinado en hacer el sorteo este jueves, 27 de agosto, contra viento y marea. Pero a Rubiales y los suyos no les parece nada bien porque argumentan que el sorteo es competencia de la Federación. De manera que en la carta, que va firmada por el secretario general del organismo, Andreu Camps, mano derecha de Rubiales para más señas, se incluye esta advertencia: "Le anuncio que en el supuesto en que organice un sorteo "no oficial" de las competiciones oficiales de fútbol en España va a ser inmediatamente denunciado por fraude en las competiciones ante el CSD y ante los organismos internacionales del fútbol".
Asimismo, el organismo que controla Rubiales remitía otra misiva al Consejo Superior de Deportes (CSD) para que resuelva el entuerto. Poco después Tebas contestaba en otra carta que pretende llevar a cabo el sorteo este jueves y aseguraba que la competencia sobre el particular es suya. Lo que significa que a este paso el CSD quizás sí tenga que frenar la espiral delirante y epistolar en la que han entrado ambos bandos. De fondo, otra pelea, la del turbio caso del Fuenlabrada que por ahora no ha acabado con el presidente de LaLiga, frente a lo que muchos creían y deseaban.
Este es el penúltimo despropósito de unos gestores, los del fútbol español, que están en una guerra que parece tener poco que ver con el interés de los espectadores, que son, no se olvide, quienes pagan, alimentan y dan sentido -si es que lo tiene ya- a este negocio. En realidad aquí se vive una nueva disputa entre unos y otros, que no se pueden ni ver y que parecen anteponer sus asuntos personales a la gestión honesta y saludable de las instituciones.
Vivimos, en suma, un cachondeo que vuelve a tener en vilo a los socios y aficionados del deporte rey. No nos merecemos a unos dirigentes así. Pero ya sabemos que en este cainita trozo de planeta todo es posible. Hasta esta grotesca batalla. Y las que vendrán después.