Los mercados internacionales siguen siendo la principal apuesta de las grandes constructoras españolas. Sin embargo, el escenario ha cambiado de forma notable después de adquirir cada vez más protagonismo en el exterior desde finales de los años 60, como quedó de manifiesto en la jornada "La construcción española en los mercados internacionales", organizada por Vozpópuli y Acciona. Durante la sesión se abordaron las claves de los principales cambios en el sector y también la estrategia que deberá seguir las empresas para afrontar el desafío que supone competir con los pujantes grupos asiáticos.
"El panorama ha cambiado porque antes las empresas españolas estaban prácticamente solas", apuntó Fernando Vizoso, director del área de infraestructuras de KPMG. Una visión que compartió Ximena Caraza, directora para España de ProMéxico, que aportó la experiencia particular de un país que ha visto cómo los grandes grupos de infraestructuras españoles "prácticamente han levantado el país". Sin embargo, ahora ya tienen mucha más competencia. Para empezar, de las propias compañías mexicanas. "Ahora hay el país empresas grandes que están interesadas en importantes proyectos de infraestructuras que antes sólo podían afrontar empresas extranjeras".
Si una conclusión quedó clara es que el futuro en el exterior sigue siendo atractivo. "Desde Acciona vemos el futuro de forma brillante, va a haber muchas necesidades, especialmente en áreas como los transportes y el tratamiento de aguas, mucho en lo que trabajar", destacó Jesús Sierra, director general del área EMEA y Oriente Medio de la compañía quien, no obstante, dejó claro que algunos aspectos tienen que cambiar, especialmente el compromiso de las empresas con aquellos mercados en los que trabajan.
"No podemos lanzarnos en paracaídas en los lugares donde trabajamos para llegar, construir y marcharnos. En Acciona apostamos por quedarnos", describió gráficamente para apuntar un factor con el que los grupos españoles pueden diferenciarse de lo que todos coincidieron en señalar como la gran amenaza: la llegada de las empresas chinas.
Factor diferencial
En este sentido, María Moreno, directora del Departamento de Internacional de Seopan, señaló que las empresas españolas no pueden competir en igualdad de condiciones con las chinas. "No tenemos las mismas reglas del juego, las nuestras tienen que seguir unos determinados parámetros y estándares marcados por la OCDE".
Un elemento que, al mismo tiempo, puede ser una oportunidad. “Hay que competir en calidad, cada vez es más importante. Y hay algunas compañías chinas que ya no son bien recibidas en determinados mercados porque no ha habido buenas experiencias con ellos”, recordó Sierra.
En este sentido, el representante de Acciona apuntó que "los márgenes reducidos han llegado para quedarse pero las empresas españolas no podemos ir únicamente a precio en el exterior". Fernando Vizoso destacó que la mayoría de los gigantes chinos de la construcción cuentan con el apoyo del Gobierno de su país y acuden a los contratos con su propia mano de obra y una financiación perfectamente cerrada y estructurada.
La posibilidad de ampliar los márgenes es apostar por proyectos complejos, en los que la calidad esté por encima de la cantidad. "Cada compañía tendrá que buscar su especialización, es ahí donde pueden presentar un factor diferencial que les ayude a conseguir buenos contratos en el exterior", recalcó María Moreno.
"Si las empresas españolas se fijan en contratos convencionales será mucho más difícil que se los lleven porque en estos casos la pelea está en el precio", concluyó Vizoso.
Un buen ejemplo es México, donde "quedan muchas cosas por hacer, tenemos necesidad de trenes, de ampliar los puertos, de desarrollar ciudades enteras a las que llegan decenas de familias cada semana", destacó Ximena Caraza, que lanzó una invitación a las compañías españolas para seguir trabajando en el país azteca, incluso en sectores diferentes a los de construcción e infraestructuras.
"En 2050 seremos la octava economía del mundo y aún nos faltan muchas cosas".