El último auto del Juzgado Contencioso-Administrativo número 3 de Palma ha declarado que el polémico chalé es legal aunque la vivienda deberá obtener la licencia de legalización que sólo podrá obtenerla una vez que adapte la cubierta de la vivienda, sustituyéndola por una de teja árabe.
De este modo el auto estipula que la altura de Villa Cortina se adapta al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Pollença; que ya no existe otra vivienda en la parcela y que se ha reducido el impacto visual y paisajístico que generaba el chalé.
El nuevo auto declara que se ha dará pleno cumplimiento a la sentencia 618/2014 del Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJB) una vez se haya otorgado la licencia siempre y cuando se haya solucionado el problema del tejado, según ha publicado ‘El Mundo’.
El Ayuntamiento de Pollença consideró que tenía más pisos de los permitidos
Además el auto anula el decreto de alcaldía de Pollença del 22 de mayo del 2015 en el que se denegaba la licencia por “incurrir en infracción del ordenamiento jurídico” pues según el consistorio pollencí, Villa Cortina tenía tres plantas -un semisótano y dos plantas-, incumpliendo así la normativa local que sólo permiten dos pisos: una planta baja y un primer piso.
El plano topográfico del terreno se convirtió en el centro de la polémica debido a que se presentaron cuatro diferentes, generando controversia entre ambas partes. Al final se decidió que el plano fiable y a tener en cuenta es el del proyecto que obtuvo la licencia, que estima que “el edificio no supera la altura máxima de 8 metros”, ni considera que tenga tres plantas como señalaba el Ayuntamiento de Pollença, sino un sótano -cuya superficie está todo por debajo del nivel del terreno natural-, una planta baja y una planta piso.
Ahora concluye que la decisión municipal del consistorio de no otorgar la licencia alegando que la edificación superaba el número de plantas “no se adecuó al ordenamiento jurídico y, en consecuencia, ha de anularse y dejarse sin efecto”.
En 2014, el TSJIB obligó a derribar el chalé
En diciembre de 2014, el Tribunal Superior de Justicia de Baleares anuló la licencia de obras del chalé ya que consideraba que genera un “monumental impacto en el paisaje” y obligó a demolerlo y restituir los terrenos a su estado natural, pese a que la edificación se encontraba en suelo urbano.
Para solventar el problema del impacto paisajístico, el chalé cuenta con un jardín que costó 1,7 millones de euros que se diseñó para minimizar el impacto visual además de numerosos pinos y lo recubrió de ornamientos vegetales.
Sin embargo, el tribunal aceptó tres de los once motivos alegados por un vecino para pedir que se anulara la licencia de obras, los relativos a que se autorizó ilegalmente construir donde ya había otra vivienda sin demolerla previamente; por el gran impacto que genera en el ambiente y por no cumplir la legalidad urbanística en materia de cubiertas. El TSJIB declaró no conforme a derecho la licencia de construcción otorgada en agosto de 2005 y la anuló. También declaró no conforme a derecho y canceló el decreto de la Alcaldía de Pollença que otorgó el final de la obra a dicha vivienda, visada en octubre de 2007.