Es la boda más comentada del fin de semana y, seguramente, lo seguirá siendo a lo largo de los próximos días en todos los programas del corazón. Kiko Rivera e Irene Rosales se han casado bajo la atenta mirada de 325 invitados entre los que han asistido la madre de Kiko, Isabel Pantoja, su tío, Agustín Pantoja, y sus hermanos, Fran Rivera y Cayetano Rivera, aunque éstos últimos no tuvieron relación alguna con la tonadillera –pese a que la portada más esperada habría sido la de todos ellos posando con los novios-.
Pero, lejos de comentar el pastón que se han embolsado de exclusiva o la extinta relación entre los otros hijos de Paquirri y la tonadillera –a cuenta de una herencia que nunca llegó a resolverse por el buen camino-, lo más comentado del enlace ha sido el regalo a los invitados: delantales para ellas y puros para ellos.
Un obsequio que ha sido objeto de polémica este pasado domingo, en ‘¡Qué tiempo tan feliz!’, espacio presentado por María Teresa Campos al que acudió Tamara Gorro, una de las invitadas, para comentar sus impresiones.
Tamara habló de una boda “muy natural y con menos postureo” del esperado, de una Isabel Pantoja “madre emocionada de ver casar a su niño”, y en resumen, de una boda “familiar e íntima”.
Pero, no solo se habló de eso. Kike Calleja cubrió el sonado evento mientras su amiga Terelu Campos, desde el programa de su madre, lanzó un par de perlitas contra los contrayentes: “Que me perdonen Kiko e Irene pero los fuegos artificiales me parecen una horterada”.
Pero, su peor crítica fue hacia los sonados regalos a los invitados: “Yo voy a una boda donde regalan delantales a las mujeres y se lo tiro a la cara”.
Un detalle que, desde luego, no ha dejado indiferente a nadie.