La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado al letrado Javier Saavedra a 6 meses de prisión y un año de inhabilitación para ejercer su profesión por estafar 6.000 euros al empresario barcelonés Javier Rigau, todavía marido de la actriz italiana Gina Lollobrigida. Sin embargo, el fallo, contra el que cabe recurso en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), le absuelve de los delitos de estafa agravada y de apropiación indebida de los que había sido acusado.
La sentencia obliga al pago de una multa de seis euros por 12 meses, lo que supone un montante de 2.160 euros, según ha informado el TSJM. Se le acusa de un delito de deslealtad en la defensa de un cliente, según el artículo 467.2 del Código Penal. La acusación pública solicitaba una pena de cinco años de cárcel contra el abogado.
El relato de hechos que hacen los jueces considera probado que Javier Rigau fue objeto de numerosos ataques en la prensa tras anunciar su matrimonio en octubre de 2006 con la actriz italiana Gina Lollobrigida. Para defender su honor, contrató los servicios de Javier Saavedra, que interpuso diversas demandas y denuncias contra el honor a distintos medios de comunicación que le tacharon de mentiroso, gigoló o delincuente.
El abogado interpuso demandas con indemnizaciones muy elevadas a todos los medios
Como método de actuación interpuso demandas contra diferentes programas de televisión de varias cadenas, muchas fueron inadmitidas por defectos de forma, e incluso llegó a repetir la misma demanda hasta en cinco juzgados diferentes.
En las denuncias, Saavedra les solicitaba indemnizaciones entre los 200.000 y los 300.000 euros con el exclusivo ánimo -dijo la Fiscalía-, de que cuantas más demandas se presentaran y cuanto más dinero se reclamara, más facultado estaba para interesar de su cliente mayores cantidades económicas en concepto de provisión de fondos y minuta profesional.
De las 44 demandas que prometió presentar, sólo inició la mitad. Sólo ganó dos y por un importe sensiblemente inferior al que exigía, que no llegó ni a 3.000 euros, aunque en provisión de fondos llegó a ingresar 237.000 euros, según el Ministerio Público. El joven español reclamó una indemnización de más de 433.000 euros y una procuradora, 34.000.
Engañó a Rigau pidiéndole el doble de la fianza exigida
Los magistrados de la Sección 17ª de la Audiencia Provincial también consideran demostrado que el letrado engañó a su cliente, pidiéndole en uno de esos procedimientos, el doble de la fianza exigida en algunos juicios, 12.000 euros en concepto de fianza en lugar de los 6.000 necesarios. Por ello, desestiman que se trata de un delito de estafa continuada.
Además señalan que no concurrió a las vistas orales en más de una ocasión, por lo que el demandante, Javier Rigau, no pudo comparecer en el caso y lo perdió. En algún caso también hubo supuesta negligencia del abogado, que no presentó los poderes de su cliente para comparecer en el juzgado. Todo ello provocó incluso que Rigau fuera condenado en costas y tuviera que pagar diversas cantidades.
En otras ocasiones, el empresario fue defendido por Teresa García Aparicio, una abogada que le representó en una veintena de ocasiones y que no llegó a cobrar en ningún momento por ello, según los jueces.