La madre de Isabel Preysler, Beatriz Arrastia y Reinares, ha fallecido este domingo en Madrid a los 98 años de edad. Una triste noticia para toda la familia pero sobre todo para la 'socialité', de 70 años, que estaba muy unida a ella.
Beba o Betty, como así la llamaban cariñosamente sus íntimos, procedía de una familia adinerada. Abandonó Manila (Filipinas) -su ciudad natal- en el año 1992 tras fallecer su marido, Carlos Preysler -de origen español- con el que tuvo seis hijos: Victoria, Enrique, Isabel, Carlos y los mellizos Joaquín y Beatriz.
De sus seis hijos, ya fallecieron tres. Enrique, intoxicado con monóxido de carbono en un hotel de Hong Kong, Carlos, -que era adicto a las drogas según llegó a confesar la propia Isabel- murió a causa del cáncer, al igual que su hija Beatriz.
Tras enviudar, Betty se trasladó a vivir a Madrid junto a su hija a su casa de Puerta de Hierro -a la llamada 'Villa Meona'- donde ha vivido con el exmarido de su hija Miguel Boyer y después con su actual pareja, Mario Vargas Llosa. Desde que vino a España la 'socialité' había sido ella la encargada de cuidar de su madre durante los últimos 29 años.
Arrastia fue una mujer muy discreta y siempre estuvo alejada de los medios pese a que su hija es 'la reina del papel cuché'. Ella nunca apareció en ninguna portada de revista.
El debut en televisión de la madre de Isabel Preysler
La primera y única vez que Beatriz pisó un plató de televisión fue en febrero de 2019 en el programa 'Volverte a ver', de Carlos Sobera. Fue toda una sorpresa para ella y para el público, ya que era la gran desconocida de la familia y resultó ser una mujer muy entrañable.
Sus nietos Tamara Falcó y Julio José Iglesias llevaron a su abuela al plató porque querían agradecerle todo el apoyo y el cariño que siempre les había brindado. "Te queríamos dar las gracias por ser la mejor abuela del mundo, la mejor que existe, la que más nos ha podido querer y la alegría", explicaron.
La marquesa de Griñón y el cantante desvelaron algunos aspectos hasta entonces desconocidos de la madre de Preysler: que era una mujer que tenía un duro carácter con su madre Isabel pero con sus nietos era mucho más dulce, que iba todos los días a misa, rezaba en inglés aunque sabía hablar español y tagalo-(lengua propia de Filipinas de donde era natura-), que se "hinchaba a comer churos y tomar refrescos de cola", le gustaba jugar al dominó y quedaba todos los días con sus amigas.
Tengo una hija maravillosa, vale su peso en oro
Cuando Betty entró en plató, comentó que aunque nunca había estado en un programa de televisión pero que no estaba nerviosa, respecto a Preysler señaló: "Tengo una hija maravillosa, vale su peso en oro".
También alabó a sus nietos, de los que habló muy emocionada y con lágrimas en los ojos . "Julio es un hombre que dice las cosas con sus ojos, un gesto que él hace y yo ya lo sé. Tamara es una mujer tan estupenda, que su padre [Carlos Falcó] un día me llamó para decirme: 'Gracias por ser la abuela de Tamara, porque le has enseñado muchas cosas, cómo ha cambiado su vida'.
Después añadió: "Mis nietos son maravillosos. No tengo palabras para expresar el cariño que les tengo. Ese cariño tan importante en la vida, que me sale del alma", continuó diciendo emocionada.
Cuando Sobera le preguntó cuál de los dos nietos era su preferido, señaló: "No puedo escoger, sería imposible escoger entre mis nietos. Les quiero a los dos igual". Aunque confesó que siente debilidad por Tamara: "Es una mujer estupenda" y añadió que es "de lo mejorcito que tenemos en la familia".
Respecto a su hija, dijo que Isabel estaba "divinamente" y habló de las parejas de su hija: "Siempre he estado muy a gusto con mis yernos".
Tras acabar la entrebista, los dos nietos y Betty se fundieron en un gran abrazo, con lágrimas en los ojos, mostrando así el amor y la unión que tenían entre ellos.