“La felicidad tiene un nombre y esa es Isabel Preyser”. Así de claro lo tiene el nobel de literatura Mario Vargas Llosa, quien más feliz que una perdiz, acudió a celebrar su 80 primaveras a una cena programada, y no a cuenta de su novia Isabel Preysler, en el Hotel Villamagna de Madrid, lugar al que empezaron a llegar sus invitados en torno a las ocho de la tarde. Entre ellos, no faltaron políticos como José María Aznar, Albert Rivera o estrellas del espectáculo como Boris Izaguirre. Y por supuesto, no faltó Isabel.