Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa continúan su peculiar noviazgo, a pesar de unos y por suerte para otros. Pero, pese a ello, cuando la prensa quiere adelantar pasos a su historia de amor, ella procura mostrar su lado más cauto. “Siempre os precipitáis cuando habláis de momentos casaderos. Todavía falta el divorcio, que va bien pero aún no se ha producido”, nos cuenta.
En efecto, Vargas Llosa debe aún de divorciarse de su ex mujer, y para la viuda de Miguel Boyer “no hay prisa. Está más avanzado pero no depende de mí en absoluto. No me preocupa, estoy muy bien como estoy”.
Antes de referirse a su felicidad, Isabel considera que “cada día es mejor para él desde que está conmigo. Así que para mí, no solo ‘Felicidad’ es Mario Vargas Llosa, sino que cada día a su lado es mejor. Cada día es mejor que el anterior. Y no es por copiarle”.
¿Valió la pena? “Por supuesto, eso no me cabe la menor duda”.
“Él está encantado de pagar el precio mediático, el pobre. Él está acostumbrado a andar por la calle tranquilamente y ya no puede”, nos revela.
“El público en general también le para, pero lo lleva bien. Ni una vez se ha quejado. Lo puede encontrar como una cosa pesada pero siempre lo ha llevado con deportividad”, ha querido añadir.
Preysler desmiente un vestido de boda de 120.000 euros
Otro de los puntos más polémicos fue la ausencia de las hijas de Preysler al cumpleaños del nobel. Pero Isabel tiene respuesta para todo: “Ana (Boyer) no estaba, porque estaba en Estados Unidos con Fernando (Verdasco). Y Tamara iba a venir pero le salió una alergia, y como sabía que habría tanta prensa y es tan presumida, prefirió no venir".
Vargas Llosa se lleva bien con todos los amigos de Preysler, “no hay amigo que le haya presentado con quien no se lleve bien”, pero aún no existe anillo de pedida. Así lo dicta la propia protagonista de esta historia, quien nos advierte además que casarse “no es necesario” para justificar el final feliz de un noviazgo, y por eso, a la pregunta ‘¿Quién se casará antes? ¿Sus hijas o Isabel con Mario?’, ella lo tiene claro: “Eso no lo hemos pensado todavía en casa. Tendremos que reunirnos todos y hablarlo. Pero lo más normal es que se casen mis hijas antes”.
Sobre su boda, ¿harían otra portada para ¡Hola! A lo grande y a golpe de exclusiva, o sería algo más discreto? “Para grandes fiestas ya hemos tenido el 80 cumpleaños de Mario”, cuenta.
Lejos quedan los rumores publicados en algunos medios sobre su vestido de 120.000 euros para su boda: “¿Qué estás diciendo? ¡No! Así te demuestra que mucho de lo que sale publicado no tiene nada que ver con la realidad”.
En resumen, uno de los grandes secretos del éxito de Isaber Preysler ha sido la discreción y el enigma que la rodea. Pero ella lo tiene claro: “Si pierdo ese enigma, me dejaréis en paz. Deberíais acostumbraros a estas alturas de verme con Mario”, concluye la reina del papel couché.