Entre el papel pintado y el ruido de las máquinas de coser, el diseñador egipcio Mohanad Koyak ultima los detalles de su próxima colección en su estudio, situado en el centro de El Cairo.
Tres hombres recortan en una sala, cerrada a los clientes, unos pequeños retales para añadirlos como piezas a las prendas que quedan por terminar, mientras que el diseñador recibe a varias personas que le piden asesoramiento para saber qué vestir en futuros eventos.
Koyak, que participó en la primera versión del programa de televisión "Project Runway" en Oriente Medio, que reúne a profesionales de la moda con el propósito de ganar una beca de 50.000 dólares para financiar su primera colección, entre otros premios, asegura a Efe que "en Oriente Medio hay diseñadores con un gran potencial que realizan prendas con mucha calidad".
"Cuando empecé, el mercado de la moda en Egipto era virgen, pero ahora hay muchísima competición para abrirse un hueco"
Desde hace casi un lustro, este joven, de 22 años, trabaja en su propia marca en la que quiere diferenciarse de los demás con trajes que recuerdan al vestuario de la época victoriana, y con los que ya ha ganado miles de seguidores.
"Cuando empecé, el mercado de la moda en Egipto era virgen, pero ahora hay muchísima competición para abrirse un hueco. Gracias a eso, hay más espacio para experimentar e intentar hacer nuevos productos. Es el momento", afirma.
Sin embargo, se lamenta de que los diseñadores locales no tienen apenas visibilidad en Egipto ya que la gente no apuesta por ellos y prefiere comprar marcas internacionales, aunque espera que eso cambie con la reciente devaluación de la libra egipcia, que ha encarecido los productos importados.
“Y ya no solo es la sociedad quien no confía en los locales, sino que es el propio Egipto quien no se interesa, ya que no hay ninguna institución oficial -aduce Koyak- que ofrezca la posibilidad de formarse en el diseño y el patronaje textil”.
Las hermanas Abdelrouf
Los padres de las dos hermanas egipcias Abdelrouf no querían que sus hijas salieran del país del Nilo para formarse en el extranjero, por lo que estas jóvenes, que crearon hace tres años la marca Okhtein (Dos Hermanas, en árabe), estudiaron Comunicación y Marketing para poder aplicarlo al trabajo que desempeñan hoy en día.
Cuando comenzaron a crear sus primeros bolsos, con los que ganaron el año pasado el prestigioso premio Vogue Arabia, se preguntaron cómo orientar sus diseños para no caer en los clichés egipcios.
"Hay muchos estereotipos en la moda egipcia. Hace tres años le dije a mi hermana que tenemos demasiados clichés que se inspiran en las pirámides"
"Definitivamente, hay muchos estereotipos en la moda egipcia. Hace tres años le dije a mi hermana que tenemos demasiados clichés que se inspiran en las pirámides, en Tutankamón...", afirma a Efe Aya Abdelrouf, de 25 años, mientras se le escapa una sonrisa enumerando el gran número de reminiscencias egipcias.
No obstante, aclara que guardan la identidad y las raíces de su país natal: "buscamos el equilibrio en nuestra identidad. Por ejemplo, añadimos a nuestras obras piezas de metal antiguo de la región o nos inspiramos en la arquitectura de Jal al Jalili (barrio islámico antiguo en el centro de El Cairo) y lo actualizamos con toques más modernos", señala Aya.
La falta de ayudas por parte de instituciones oficiales y de una asociación que les represente, dificulta la proyección y la evolución de los diseñadores en Egipto, pues este mundo es "algo nuevo" ya que El Cairo "no tiene nada de contexto" en el terreno textil, según dice.
Coincide con la queja de la empresaria española María Sánchez, que ayuda a despegar gracias a su empresa egipcia Maison Pyramide a estos profesionales, pues asegura que “Egipto desconoce la existencia de estas instituciones”.
Crear estas asociaciones “ayudaría a reunir todos los derechos y peticiones de los trabajadores en el mundo de la moda, y no solo de los diseñadores", arguye.
Joyas y gafas de lujo
Por su parte, la egipcia Suhayla el Sheij, de 23 años y creadora de la marca de joyas Sandbox, empezó a diseñar tras ver a su madre en Arabia Saudí, donde ha vivido durante 18 años, fabricando joyería para señoras.
Desde un pequeño taller en su hogar en las afueras de El Cairo prepara, pieza a pieza, lo que será una joya de color amatista que venderá en unos meses a través de la web.
"La gente cree que los diseñadores de Oriente Medio no pueden producir nada alejado de esa simbología tradicional que caracteriza a la región"
"La gente cree que los diseñadores de Oriente Medio no pueden producir nada alejado de esa simbología tradicional que caracteriza a la región", asegura a Efe, aludiendo a la diversidad que hay en este mercado.
Suhayla tiene claro que, junto a su sueño de internacionalizar la marca, quiere quedarse en Egipto y evolucionar en su país, porfiando para lograr su meta en un mercado que es cada vez más competitivo.
"Hace cinco años te habría dicho que era fácil hacerse un hueco en la industria. Sin embargo, ahora no. Ha habido un 'boom' de diseñadores en Egipto y la industria va creciendo muy rápido", subraya a Efe.
Otro de los diseñadores locales que ha triunfado en el mercado del lujo con sus gafas de sol hechas en plata y en oro es Amr Saad, que tuvo que irse a Italia para aprender la profesión, según cuenta a Efe en su taller, ubicado en el barrio residencial de Maadi, en El Cairo.
Dos personas sueldan en el estudio unas gafas de plata que muestra Amr a Efe en el catálogo. El precio: alrededor de 160 dólares. Un mercado que puede considerarse de lujo para el pueblo egipcio.
"No hay un mercado claro en la sociedad egipcia. Desconocen el catálogo de oportunidades que brindan los diseñadores locales"
"No hay un mercado claro en la sociedad egipcia. Desconocen el catálogo de oportunidades que brindan los diseñadores locales. Es fácil empezar un negocio aquí, pero no es tan fácil superar los retos diarios", apostilla.
Según Amr, hay ciertos diseñadores que juegan con esos estereotipos egipcios para darle un toque moderno a las prendas, aunque cada marca tiene su historia y se inspira en sus raíces, lo que considera "muy importante no perderlas”.