La crisis se ceba con el consumo y el consumo con las ventas. El comercio minorista se desplomó un 4,8% en enero de 2012 en relación con el mismo periodo del año anterior. Esto supone más de un punto y medio de lo registrado el mes anterior, según acaba de revelar la oficina estadística española, INE.
Este indicador le toma la temperatura al estado de salud del consumo, que en España equivale a aproximadamente a un 60% del PIB. La regla de tres es, por tanto, sencilla. Menor consumo, menores ventas; menores ventas, menor empleo. La caída del la demanda es un reflejo de las dificultades económicas que atraviesa España y esto repercute, a su vez, en el paro: la ocupación en el sector minorista descendió un 1,1% respecto a enero de 2011.
Pero no todo vale igual, y los consumidores priorizan sus necesidades. La debilidad en el consumo se dejó notar con diferencia en los productos de equipo del hogar que se llevó un severo varapalo del 9,3%. Por detrás, los artículos no alimenticios (-7%) y los de alimentación (1,3%).
Enero es, además, un mes particular en lo que se refiere al consumo minorista. Llega acompañado del período vacacional por Navidades. Es importante, por tanto, descontar el efecto calendario: eliminando la diferencia en el número de días hábiles que presenta un mes en los distintos años, el comercio minorista registró un dato aún peor con una caída interanual del -6,0%.
Todas las comunidades registraron caídas generalizas. Pero las autonomías que más sufrieron el revés del consumo fueron Castilla-La Mancha (-9,6%), Murcia (-7,5%) y Andalucía (-7,2%).