El Gobierno ha aprobado una amnistía fiscal, mediante la cual prevé recaudar unos 2.500 millones de euros. Esta exención contempla un gravamen único del 10%, por lo que la cantidad de dinero aflorado deberá ser, al menos, de 25.000 millones de euros. Los expertos, sin embargo, opinan que el dinero brotará, pero se acogerá a la fórmula de regularización voluntaria, con la que pagarán menos impuestos… o incluso nada.
Esta amnistía, cuyo mecanismo de presentación verá los días en breve, en cuanto sea presentada la orden ministerial preceptiva, ha sido presentada in extremis por un Ejecutivo que necesita de manera vital un aumento de los ingresos. Para ello, se ha visto obligado a tomar una medida que repugna a todo gobierno, ya sea de derechas o izquierdas, como es la de perdonar a los defraudadores.
Para que emerja el dinero oculto, perdonarán a todo aquel que lo declare antes del 30 de noviembre, aplicándole un gravamen único del 10%. Lo malo es que ese 10% es sobre los precios de adquisición, tal como destacan algunos abogados en sus estudios internos, lo que genera varias inquietudes: en primer lugar, la dificultad de demostrar en algunos casos esos precios de adquisición y en segundo y más importante, que el gravamen único a aplicar se hará sobre unos valores de adquisición que han sufrido, en una gran mayoría, fuertes pérdidas, por el desplome de los mercados en los últimos años.
La amnistía no anula el procedimiento de regularización voluntaria. Mediante este último mecanismo, sólo es preceptiva la presentación de las rentas no declaradas de los últimos cinco años. Los expertos consultados (despachos de abogados de primera línea y bancas privadas) ponen de manifiesto que a partir de la segunda mitad del año habrán prescrito las ganancias obtenidas cuando las bolsas tocaron máximos históricos.
A partir de ahí, el dinero regularizado estará en pérdidas, por lo que la factura fiscal se reducirá en gran medida, “prácticamente a cero en muchos casos”. Salvo que hubieran invertido en renta fija emergente, high yield o Bolsa americana "midiendo mucho el timing”, las carteras están en pérdidas de manera generalizada. Incluso en grandes pérdidas, “ya que prácticamente todo el mundo ha sufrido alguna fuerte minusvalía en este tiempo”, comentaban las fuentes.
Por tanto, “aunque prevemos que entrará mucho dinero en los próximos 12-24 meses; puede incluso que más de los 25.000 millones de euros previstos por el Ejecutivo, lo que no está tan claro es que ese capital vaya a pagar el 10%. Con la regularización, es casi imposible que se superen tipos medios del 6%-7% y eso debido en gran medida a los recargos”. Así, “no se equivoca quien piense que el dinero va a intentar volver evitando la amnistía, salvo casos muy complicados”. Es más efectiva la regularización voluntaria, como aseguran algunos despachos legales.
El dinero volverá
En lo que sí hay coincidencia en que volverá mucho dinero. No tanto por la menor presión fiscal, sino por la necesidad real de los clientes de disponer de nuevo de un capital evadido en años de la burbuja. El efecto riqueza ha desaparecido y los inversores precisan del dinero evadido al extranjero. Si no deja una buena parte en el erario público, al menos entrará en el circuito de la economía.
La amnistía fiscal es una medida que ha dado buenos resultados en países como Italia. En España, el Gobierno Zapatero estuvo muy presionado por Angela Merkel para que la implementara y mejorar así las cifras de déficit. El ex presidente se resistió por el miedo al efecto que tendría en el partido socialista.
Fuentes políticas señalan que el propio Pedro Solbes, ministro de Economía y vicepresidente segundo, estaba a favor de llevarla a cabo, pero que su secretario de estado, David Vegara, le amenazó con dimitir si veía la luz.