La economía española no ha alcanzado todavía la velocidad de crecimiento que se espera de su tamaño y potencial, pero los datos del segundo trimestre, un 2,8% de aumento en el PIB en relación con el trimestre anterior y un 19,8% en tasa interanual, así como la evolución algo más favorable del número de contagios, se han dejado sentir en algunos indicadores.
En los siete primeros meses del año, el número de empresas inscritas en los registros de la Seguridad Social ha aumentado en 16.810, hasta un total de 1.312.466. Los incrementos continuados de los meses de abril, mayo, junio y julio no han impedido, sin embargo, que en el balance final haya16.163 sociedades menos que en el verano de 2019.
De acuerdo con los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, en el mes de abril se crearon 9.879 empresas; en mayo, 13.794; en junio, 8.140; y en julio, casi 5.500. En total, 37.291 nuevas empresas. El problema es que la vuelta a la actividad económica sigue estando muy condicionada a la evolución del número de contagios. En los primeros meses de este año se cerraron más de 20.000 sociedades con la explosión de la llamada tercera ola. La llegada del buen tiempo y la relajación de las medidas restrictivas han permitido aliviar en buena parte la presión que se mantenía sobre los sectores no esenciales.
Un tejido empresarial diferente a otros países
El ejemplo más claro de esta relación está en los primeros meses de 2020. En diciembre de 2019 había registradas en nuestro país más de 1,340 millones de empresas. Bastó que el Gobierno declarara el Estado de Alarma a mediados de marzo de 2020 para que en ese mismo mes se cerraran, de la noche a la mañana, cerca de 86.000.
El tejido empresarial español es bastante diferente del de otros países. Seguramente, porque su economía también lo es. Las dos terceras partes del Producto Interior Bruto tienen su origen en el sector servicios. Desde hace ya varias décadas, la economía española es una economía de servicios, en la que las pequeñas empresas juegan un papel decisivo.
Según la clasificación del Ministerio de Trabajo, en España, había en julio pasado 1.312.466 empresas registradas de las que 698.830, un 53,24%, tenían entre uno y dos trabajadores. Son, en su mayoría, establecimientos comerciales de trabajadores autónomos. Otras 293.521 empresas cuentan con entre tres y cinco trabajadores. Representan el, 22,36% del total. Algo más de 133.000 tienen entre seis y nueve empleados (10,14%). Es decir, casi el 86% del censo empresarial español tiene en nómina a menos de diez contratados.
Solo 2.213 empresas, apenas el 0,17% del total, tiene más de 500 empleados y otras 2.580, entre 250 y 499 trabajadores. En ambos casos, las cifras no solo son superiores a las que había en el verano pasado, sino también en julio de 2019. En concreto hay 81 grandes empresas más que hace dos años.
El precio de la crisis sanitaria lo han pagado las pequeñas empresas. El presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, retrataba la situación hace un par de meses: “las empresas siguen sufriendo mucho y no se puede confundir la reapertura de los negocios con una recuperación total”. La sentencia sigue vigente a unas semanas de que finalice el verano.
Y es que entre el mejor dato de estos últimos 24 meses, el correspondiente a junio de 2019, cuando estaban registradas en la Seguridad Social 1.349.325 empresas, y el peor registro (1.233.187), de abril de 2020, se llegaron a quedar en el camino hasta 116.138 negocios, cerca de un 9% del total. Un peaje demasiado alto.
Niveles prepandemia
De las 16.163 empresas que quedan para igualar los niveles prepandemia, el sector más perjudicado ha sido el de servicios. Entre julio de 2019 y julio pasado, un total de 19.764 empresas se han dado de baja en el registro del Ministerio de Trabajo. En terreno negativo se encuentran también 2.414 empresas de las actividades industriales, un sector que tiene un peso del 12,1% en el PIB.
Durante este periodo, las empresas vinculadas al sector agrario han superado el efecto pandemia. Hay 2.090 más censadas en la Seguridad Social. Donde más se ha notado la mejoría ha sido en el sector de la construcción. A finales del segundo trimestre, esta actividad representaba un 6,2% del PIB. En los dos últimos años se han censado 3.925 empresas más, lo que supone un crecimiento cercano al 3%.
Las empresas con uno o dos trabajadores siguen siendo las más afectadas por la situación de incertidumbre económica: 10.538 de las 16.163 que aún faltan para dar por superada la crisis cumplen con esa condición. Son el 65% del total. Otras 2.030 tienen entre tres y cinco trabajadores; 1.808, entre 10 y 49 empleados; 1.366, entre seis y nueve, y 502, entre 50 y 249.
