Finalmente, no ha habido acuerdo para rescatar Abengoa este lunes. La empresa cuenta con el compromiso de aportación de capital a través del ICO, la participación de la Junta de Andalucía, la luz verde de los acreedores y los avales del CESCE. Pero aún faltan más socios para rematar el acuerdo.
Según explican fuentes financieras, tras el compromiso del Gobierno central y autonómico, el problema ahora surge en la banca acreedora. Los principales tenedores de deuda, Bankia, Santander y Calyon (Credit Agricole), junto con otros minoritarios como BBVA, Caixabank o Bankinter pretender atraer a otras entidades para completar el capital necesario, sin ninguno exponerse más de lo deseado, y sacar adelante este rescate. Los dos nombres que salen de manera reiterada son Banco Sabadell y Unicaja.
Ambas entidades son acreedoras históricas, pero vendieron su deuda antes de esta nueva crisis de Abengoa. Y, una vez fuera, parece altamente difícil que vuelvan. Como ya adelantó Vozpópuli, Unicaja rechazó la invitación para inyectar capital en el gigante sevillano. Los actuales acreedores buscan tocar su 'fibra andaluza' para que cambie de opinión y vuelva a comprometer su dinero en este rescate. Pero la entidad no considera oportuno unirse a este proceso al no tener dinero comprometido en Abengoa y haber vendido su participación hace años.
Las mismas fuentes esperan que la entidad andaluza cambie de parecer, principalmente, por la propia presión de la Junta de Andalucía. Su papel de banco andaluz y de antiguo acreedor serán alguno de los elementos que desde dentro esperan que atraiga a Unicaja a este rescate que servirá, entre otras cosas, para pagar las cerca de 2.500 nóminas que Abengoa tiene en España.
Banco Sabadell, por su parte, ha decidido no hacer valoraciones sobre esta propuesta. Desde fuentes financieras afirman que la aportación total de la banca será "siempre" menor a la inyección de dinero público. Según detallan, consideran que ya arrastran mucho riesgo en los cerca de 6.000 millones de deuda que acumula Abengoa y no quieren liderar la nueva ronda.
Cerca del acuerdo
El consejo de administración de Abengoa ha explicado este lunes en su comunicado a la CNMV que el acuerdo con la banca acreedora ya está encarrilado. El plan consiste en una línea de financiación de 250 millones de euros con la garantía del Instituto de Crédito Oficial (ICO), un acuerdo con proveedores y acreedores comerciales, la modificación de determinadas condiciones de la deuda con los acreedores financieros antes mencionados y la disposición de una línea de avales de hasta 300 millones, que siguen desarrollándose “de forma favorable”.
Hasta el momento, la empresa había avanzado con el respaldo de la Administración para que las entidades públicas ICO y Cesce participen en las ayudas que ha previsto para sobrevivir. Pero quedaba pendiente del apoyo de las entidades financieras. Asimismo, los proveedores y fondos de inversión se habían mostrado conformes, según fuentes del entorno empresarial.
La necesidad de liquidez de la empresa es urgente. El propio presidente de Abengoa, Gonzalo Urquijo, se ha puesto en contacto con los representantes del Gobierno y la Junta para rogar una solución que permita afrontar los salarios de los 14.000 empleados que tiene el grupo y poner en marcha la maquinaria que les permita seguir logrando contratos que hagan sostenible el negocio.
Abengoa encadena dos años consecutivo con pérdidas que rondan los 2.000 millones. La empresa arrastra problemas desde 2015. Este año estuvo a punto de la quiebra y la evitó tras renegociar su deuda, próxima entonces a los 9.000 millones, y que ha refinanciado varias veces y ha conseguido reducir con la ayuda de la venta de activos.