Hace unos días, el Banco de España, al presentar las proyecciones macroeconómicas de primavera para el periodo 2023-2025, se mostraba algo escéptico acerca de si el ahorro disponible de las familias se iba a convertir en gasto y empujar de esta forma el consumo, uno de los principales motores del crecimiento económico del país.
Las dudas del banco central español se sustentan sobre la base del cambio de la política monetaria de los principales bancos centrales que, en el caso de la Eurozona, han llevado el precio oficial del dinero al 3,5% en apenas nueve meses, con el consiguiente incremento de los tipos de interés de los créditos que concede la banca, en especial de los destinados a la compra de una vivienda.
El objetivo del Banco Central Europeo es controlar la inflación a costa, incluso, de estrangular el crédito. Con tantas incertidumbres como las actuales (invasión de Ucrania, precios sin controlar, amento de los tipos de interés de los créditos, sombras de una posible recesión económica...), el Banco de España no cree probable que familias y empresas se desprendan de un ahorro que vino en buena parte forzado por las excepcionales situaciones que se vivieron con la irrupción de la pandemia, y que ha alcanzado alrededor del 14% de la renta bruta disponible.
De acuerdo con los últimos datos estadísticos del Banco de España, los depósitos de familias y empresas (cuentas corrientes más dinero a plazo) ascendían a 1,41 billones de euros, 191.818 millones más que a cierre de 2019, cuando nada hacía presagiar la crisis sanitaria que se desencadenaría en todo el mundo un par de meses después.
Es decir, en solo tres ejercicios, hogares y sociedades no financieras han incrementado su ahorro en nada menos que un 15,7%. Si, además de familias y empresas, se tienen en cuenta las cifras de las Administraciones Públicas, los depósitos en entidades bancarias se han incrementado en 218.644 millones de euros, un 16,98%.
Ahorro forzoso
Un análisis más detallado de los números nos indica que en 2020, familias y empresas aumentaron sus depósitos en 110.889 millones de euros, el 58% de la cifra conjunta de los tres últimos ejercicios. La mayor parte de este ahorro merece el calificativo de forzoso, toda vez que la declaración del estado de alarma, a mediados del mes de marzo, obligó al cierre de bares, cines, restaurantes, teatros, cafeterías, comercios... por lo que apenas se podía gastar dinero en otra cosa que no fuera la cesta de la compra.
Un año después, en 2021, con las primeras vacunas llegaron también las primeras concesiones del Gobierno, en forma de apertura de establecimientos, aunque fuera aún con limitaciones de aforo y horario, lo que permitió los primeros gastos suntuarios de los españoles. Como la situación no invitaba al optimismo, los españoles siguieron con su política de ahorro y atesoraron otros 60.145 millones de euros en sus cuentas corrientes y depósitos a plazo. El pasado año, ya sin restricciones de importancia y con las puertas de los países abiertas (salvo excepciones), ya se pudo comprobar que en el tercer trimestre se gastó bastante más de lo que se ahorró, aunque en el conjunto del año el saldo fue positivo en 20.784 millones de euros.
En paralelo con el ahorro, empresas y familias han seguido apelando al crédito, aunque en una menor proporción, a pesar de que las condiciones de los tipos de interés (el precio oficial del dinero se mantuvo en el 0% hasta el verano de 2022) favorecían el endeudamiento. Según el Banco de España, entre 2020 y 2022 el crédito ha aumentado en 31.173 millones de euros, un 2,74%, cinco veces menos que los depósitos. Ha habido regiones que, incluso, han disminuido sus deudas: son los casos de Murcia y Cantabria, y la ciudad autónoma de Ceuta.
Los españoles más precavidos
Las regiones más precavidas durante estos tres últimos años han sido Andalucía, Cataluña y Canarias, con incrementos del 24,8%, 23,5% y 23,4% en sus depósitos, respectivamente, muy por encima de la media española. Entre las tres absorbieron casi el 42% del nuevo ahorro. Nueve autonomías superaron el nivel medio del país (15,73%) y sólo ocho han estado por debajo de esta cifra. La menos previsora ha sido Murcia. Sus depósitos apenas han crecido un 7,52% en tres años. Madrid los aumentó un 10,77%.
Tres comunidades concentran la mitad de los depósitos en entidades financieras. Madrid, con 389.471 millones de euros a finales del pasado año, era la región con más depósitos de España, absorbiendo el 26% del total, por delante de Cataluña, con 216.059 millones y el 14,34% del total, y Andalucía, que con 160.437 millones suponía el 10,65% del total.