El Gobierno está negociando estos días con las instituciones comunitarias nuevas cifras de déficit para este año y los siguientes tras el desvío de 2015. En marzo, el Ministerio capitaneado por Luis de Guindos planteó un nuevo objetivo del 3,6% y a los pocos días la Comisión fijó un déficit del 3,7%. Ninguna de las dos previsiones se va a cumplir y la cifra que negocian estos días tendrá que ser irremediablemente más alta. Ésta es la conclusión a la que ha llegado la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) en su último informe, donde analiza la evolución del déficit y las últimas medidas anunciadas por el Gobierno.
De hecho, la AIReF avisa de que el déficit puede desviarse hasta 11.000 millones respecto al 3,6% que planteó Guindos en marzo y cerrar el ejercicio en el 4,7% si las medidas anunciadas no llegan a buen puerto. Esta cifra implicaría una reducción de solo tres décimas respecto al cierre de 2015 y obligaría a un fuerte ajuste de las cuentas en 2017 si Bruselas finalmente solo concede un año más a España para salir del procedimiento de déficit excesivo y dejar el saldo por debajo del 3%.
Como publicó Vozpópuli, Bruselas quería dar dos años a España para alcanzar esta meta dado el desfase de sus cuentas y la dificultad para llevarla a cabo, pero Guindos no quiso tanto margen para no perder credibilidad. Veremos si sigue manteniendo esta postura o vuelve a pedir esos dos años para evitar nuevos desvíos y ahorrarse el trago de tener que poner en marcha un ajuste de otros 20.000 millones para cuadrar las cuentas el año que viene.
¿Por qué la Autoridad Fiscal ha empeorado tanto sus proyecciones? A su parecer, se ha producido un importante deterioro de las finanzas públicas en los últimos meses que obliga a ser mucho más pesimista que en abril, cuando consideró "factible, pero exigente" el 3,6%. Al analizar el informe con más detalle se pueden ver 5 causas claras de su pesimismo:
1- La reforma fiscal. Según el organismo fiscalizador, la reforma fiscal está teniendo un impacto mayor al previsto inicialmente en la evolución de la recaudación y está afectando mucho a los ingresos de IRPF y Sociedades. De hecho, la AIReF ve difícil que los ingresos del impuesto de la renta crezcan un 4,3% como se presupuestó y que Sociedades aumente un 20%.
2- La incertidumbre del cambio en Sociedades. Para evitar el agujero en este impuesto, el Gobierno va a fijar un tipo mínimo en los pagos fraccionados de “al menos el 20%” con el que espera elevar la recaudación en 6.000 millones. Además, convertirá en permanente la medida, lo que la convierte en una subida fiscal en toda regla. Sin embargo, la AIReF considera muy optimista la cifra de 6.000 millones y asegura que una parte de la reforma del impuesto no podrá recuperarse.
3- Los impuestos indirectos. Este tipo de tributos, que no están afectados por la reforma fiscal, reflejan un mayor dinamismo que los directos, especialmente el IVA, pero no están creciendo a tasas tan elevadas como las de 2015. Aun así, la Autoridad Fiscal cree que en la segunda parte del año el IVA puede mejorar y cerrar el año con la recaudación prevista en los Presupuestos. Los Impuestos Especiales, que están creciendo a tasas muy moderadas, también pueden acabar el año cumpliendo sus previsiones.
4- Gastos no previstos. No solo hay riesgos de incumplimiento en los ingresos, la Autoridad Fiscal cree que los gastos se podrían ver afectados por la aparición de partidas obligatorias no previstas en las cuentas, como el posible impacto derivado del ejercicio de la responsabilidad patrimonial del Estado por las concesionarias de peajes o el impacto de nuevas devoluciones del ‘céntimo sanitario’ tras la sentencia del Tribunal Supremo de enero de este año, en la reconoció la responsabilidad patrimonial del Estado.
5-Dudas sobre la contención anunciada. Tras conocer el desvío de las cuentas en el año 2015 el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, anunció un recorte de gasto de 2.000 millones, pero la AIReF duda de que se vaya a aplicar íntegramente. Además, tampoco es capaz de cuantificar la decisión de adelantar a julio el cierre presupuestario de 2016, una medida con la que el Gobierno espera evitar el repunte del gasto a final de año.
Las dudas se concentran en la Administración Central y el desvío dependerá de la decisión del Gobierno al aplicar las nuevas medidas
De hecho, la Autoridad Fiscal cree que las cuentas de la Administración Central van a ser mucho peores de lo previsto inicialmente, lo que provocará un fuerte desvío del déficit. La Seguridad Social, también se desviará, pero no más de lo previsto en abril. Y las comunidades autónomas y corporaciones locales cumplirán lo previsto. Si el Gobierno cumple a rajatabla las medidas anunciadas hasta ahora puede que el déficit se reduzca al 4,1%. Si levanta el pie, el desfase se irá al 4,7%.
¿Y qué hará ahora la Comisión? Según fuentes del organismo, las instituciones europeas estaban esperando la publicación de este informe para conocer la posición de la Autoridad Fiscal. Teniendo en cuenta el pesimismo que arroja el texto, es posible que finalmente el Gobierno y Bruselas acuerden una senda mucho más laxa, con un déficit de más del 4% para este año y que los ajustes queden para 2017, dada la situación política del país.