El 5G ha sido desde hace varios años el mantra de la mayor feria de telecomunicaciones celebrada en el planeta. Hablamos del Mobile World Congress, encuentro celebrado en Barcelona, cada año, a finales de febrero, y al que acuden casi 120.000 personas de todo el mundo.
En los expositores de la feria durante los últimos cuatro o cinco años se han mostrado demos de lo que se podrá hacer con el 5G, terminales, tecnologías, sueños...
Sueños que este año que acabamos de inaugurar va a convertir en realidad. Al menos en lo que se refiere a ver el icono del 5G en el indicador de cobertura de la pantalla del teléfono móvil, pero todo dependerá del Gobierno, no tanto de los operadores.
En los primeros meses del año se espera la subasta de espectro de la banda de los 700MHz, un espectro crítico para que los operadores puedan ofrecer 5G. Una vez adjudicado el espacio para que cada operador enrute las comunicaciones bajo el nuevo estándar, habrá que reordenar el espectro. Cada operador compra porciones, o las posee anteriormente, que se encuentran separadas. Para brindar un 5G de calidad esos bloques deben estar juntos. Es algo que debe hacerse antes del despliegue de las antenas, para que las comunicaciones se sirvan de una forma eficiente.
Vodafone es el único de los operadores que ofrece ya servicio 5G, si bien en la banda de 3.4-3.8GHz, que debe ser complementada con más espectro de la de 700MHz. Ha sido la primera compañía en comercializar tarifas sobre redes de nueva generación, y además ha subido la apuesta dotándola en determinadas propurestas comerciales de datos ilimitados.
Telefónica y Orange contemplan el movimiento de lejos. En público aseguran que no se trata de un servicio que de momento pueda ser monetizado -no existen prácticamente servicios que requieran hoy en día del uso de 5G- pero en privado reconocen querer lanzarlo tan pronto como adquieran el espectro y éste sea reordenado. Es cierto que no hay una clara ventaja comercial ahora mismo respecto al 4G, pero con las antenas ya desplegadas no hay motivo para no brindarlo.
Disney Plus y el fútbol
2020 se antoja también como el año del desembarco en España de Disney+, un servicio más de contenidos audiovisuales complementaria a Netflix, HBO, Amazon Prime Video y otras tantas firmas de contenido audiovisual que los operadores tendrán que integrar en su catálogo de productos.
En un mercado prácticamente congelado en ingresos, como es el de las telecomunicaciones, las telecos trabajan para ampliar los servicios y aumentar la factura al cliente. Alarmas para el hogar, préstamos al consumo, alianzas con OTT (Over The Top)... Cualquier cosa es buena si sirve para incrementar el valor del producto.
De todo este abanico de servicios quizá el fútbol sea el menos rentable, sobre todo por lo que le cuesta a los operadores. Vodafone va por su segundo año sin él y aunque lo ha pagado caro en términos de clientes -ha perdido centenares de miles-, lo cierto es que ya ha dado la vuelta a la situación. Los últimos datos de la CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) dan a Vodafone un crecimiento de 64.700 líneas de móvil y 20.700 accesos de banda ancha (un total de 85.000 líneas). Venía de dejarse un total de 850.000 líneas desde hace un año.
La clave será ver ahora si Orange vuelve a desembolsar los cerca de 300 millones de euros por temporada que le cuesta el fútbol, toda vez que este año ha cerrado el ejercicio en saldo negativo de portabilidades. Es decir, no ha tenido un impacto reseñable, al menos en el ámbito de los usuarios.
A todo esto hay que sumar la llegada de Euskaltel, operador que entrará en el resto de España con la marca Virgin Mobile y sobre el que se espera que compita en precio con MásMóvil, la compañía que más ha crecido en los últimos tiempos en captación de clientes.