Nunca estuvo tan cuestionado Diego Pablo Simeone como técnico del Atlético de Madrid. El entrenador argentino afronta quizá su momento más difícil, con el equipo fuera de Europa antes de invierno por primera vez en once años y el vestuario visiblemente dividido. En el entorno de la directiva ya no se descarta ningún escenario, según ha podido saber este medio, si bien lo cierto es que una eventual ruptura con Simeone ahora sería una decisión del todo menos sencilla, en especial, en lo económico.
Y es que una salida forzosa del entrenador podría obligar al Atlético a desembolsar ya unos 45-50 millones de euros en concepto de indemnización por el año y medio que le queda de contrato, más el coste de traer a un nuevo entrenador. Una cantidad prácticamente inasumible para un club que acaba de perder un afluente de 35-50 millones por quedarse fuera de la Champions y la Europa League, y arrastra pérdidas operativas de las temporadas anteriores -hasta 100 millones en la 2020/2021 y 45 millones en la 2021/2022-.
Anteriormente, la entrada del fondo Ares con 120 millones en el capital y el acuerdo de La Liga con CVC Capital Partners aplacaron los números rojos. En especial, la primera operación, la de Ares, ya que el 70% de los 200 millones de CVC deberán ir destinados a proyectos de infraestructura, como el proyecto de la nueva Ciudad Deportiva. Ahora, sin embargo, el club no tiene más que palancas deportivas a la vista, y una salida del Cholo obligaría, a corto plazo, a un nuevo esfuerzo financiero.
Es por lo anterior que, independientemente de lo que pase con el entrenador, el entorno del club apunta a la salida de jugadores en el mercado invernal para ganar oxígeno financiero. En este escenario emerge la opción de dar una salida a jugadores como Joao Félix, Rodrigo De Paul, Yannick Carrasco o Thomas Lemar, bien por la vía de un traspaso -todos cotizan más de 30 millones de euros cada uno- o, al menos, una cesión que expanda el límite salarial.
La Copa de Europa, esencial para el Atlético
Así las cosas, el objetivo central del Atlético pasa por clasificar a la Copa de Europa de la próxima temporada, para lo que necesita acabar la Liga entre los cuatro primeros. El contrato de Simeone, estimado en unos 36-40 millones brutos por temporada, estaría sensiblemente condicionado a ese objetivo, algo que no debería extrañar: la Copa de Europa aporta unos 60-80 millones de euros cada año al club.
El Atlético acumula con el Cholo nueve temporadas seguidas jugando al menos la fase de grupos de la Champions -con dos finales-, lo que ha contribuido a disparar un 175% la facturación del club, de los 120 millones en la temporada 2011/2012 a los 330 millones en la 2020/2021 -en el mismo tiempo, por ejemplo, el Real Madrid, que ganó cuatro Copas de Europa, aumentó su negocio un 47%-.
En el debe del argentino está el estancamiento del club pese a sus más recientes inversiones en pos de un equipo de élite: el valor de la plantilla colchonera llegó a ser de 969 millones en la temporada 2018/2019, llegando a superar en 70 millones al Real Madrid, pero el equipo no consiguió entonces ningún título
Cuando Simeone llegó al club, el conjunto colchonero se encontraba en mitad de tabla: acababa de ser eliminado de la Copa del Rey por el Albacete. Esa misma temporada, el Cholo acabó dándole al club ya un título, la Europa League. Durante el periplo del argentino, el equipo ha sumado dos Ligas -una de ellas, en plena era Messi-Cristiano-, una Copa del Rey, una Supercopa de España, dos Europa League y una Supercopa de Europa.
En el debe del Cholo está el estancamiento del club pese a sus más recientes inversiones en pos de un equipo de élite. El valor de la plantilla colchonera llegó a ser de 969 millones en la temporada 2018/2019, llegando a superar en 70 millones al Real Madrid, pero el equipo no consiguió esa temporada ningún título.
Desde entonces, pandemia incluida y título de liga en la 20/21, la plantilla del Atlético se ha devaluado en un 40%, hasta los 611 millones actuales, mientras que el valor de los merengues -campeones de liga y Europa en la 21/22- solo cayó un 6,6%. Incluso la plantilla del Barça se ha devaluado menos que el Atleti (un 30%) en los últimos cuatro años.
