Los bancos españoles pagan menos por los depósitos, pero cobran más por el crédito al consumo. El interés que aplican en los préstamos para comprar bienes y cubrir gastos inesperados es un 27% más caro que la media de los países de la zona euro. Y eso que aún no han trasladado al cliente el coste del impuestazo que acaba de entrar en vigor y con el que el Gobierno aspira a recaudar unos 3.000 millones de euros.
El crédito al consumo suele ser más caro porque los bancos asumen más riesgo para su devolución. Pero en España tradicionalmente se han aplicado tasas de interés más elevadas que en Europa.
El tipo TEDR, que equivale a la TAE (tasa anual equivalente) sin incluir comisiones, para los nuevos préstamos de entre uno y cinco años de este segmento, supera el 7,5%, frente al 5,9% de media de la zona euro, según los últimos datos disponibles del Banco Central Europeo (BCE), correspondientes al mes de noviembre. Este mes además es propenso para pedir este tipo de crédito al coincidir con el conocido como 'black friday'.
Pero la brecha es mayor con algunas de las grandes potencias europeas. Por un préstamo al mismo plazo, las familias de Francia y Alemania pagan un 55% y un 40% menos, respectivamente. El tipo medio en España llegó a rozar el 9% en 2013 y desde entonces ha bajado, pero no lo suficiente como para ponerse al nivel de las potencias europeas. El tipo es más elevado también que en Italia (7,12%) y Portugal (7,38%), y sólo quedan por encima países como Grecia (10,69%).
La crisis de inflación, con una subida récord en el precio de los alimentos de más del 15% en diciembre, está disparando las peticiones de los préstamos al consumo para afrontar los gastos. Las nuevas operaciones batieron un nuevo récord en noviembre, con 3.040 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 18,15% en sólo un mes. El crédito al consumo y otros fines mueven más de 188.000 millones en España.
Hipotecas también más caras
El mayor coste por este tipo de préstamos se suma al encarecimiento de las cuotas hipotecarias. La cruzada del Banco Central Europeo (BCE), con una subida histórica de 250 puntos básicos del precio del dinero en menos de medio año, ha triplicado el euribor, el indicador al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas variables en España. Desde julio, con la primera subida de tipos, el euribor se ha disparado del 0,992% a más del 3% con el que cerró 2022. Y con visos de alcanzar el 4% en algún momento durante este año, como anticipan los analistas de Bankinter.
Es previsible que el interés de los préstamos al consumo siga al alza por el impuestazo. Los bancos descuentan que tendrán que encarecer los créditos en general para trasladar al cliente el coste del nuevo gravamen, con el que el Gobierno planea recaudar unos 3.000 millones de euros entre este año y 2024. De hecho, la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) y el BCE han pedido a los bancos que así lo hagan.
¿Obligados a subir precios?
El regulador bancario fija en sus normas sobre concesión y seguimiento de préstamos, recogida en la directriz EBA/GL/2020/06, que las entidades tendrán en cuenta, y reflejarán en los precios de sus préstamos, todos los "costes pertinentes", que incluirán las "consideraciones tributarias, cuando proceda". Mientras que el BCE insta a los bancos, basándose en esta norma de la EBA, a que trasladen el impuesto a los clientes conforme a las "buenas prácticas internacionales".
El Gobierno utilizará la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) para vigilar que los bancos no trasladan al cliente el coste del nuevo gravamen, aunque es muy difícil detectar si el encarecimiento se debe todo o en parte a la nueva carga tributaria, como recuerdan desde una de las grandes entidades del Ibex.