Banca

Los banqueros desconfían de Calviño y temen que el impuestazo se "eternice"

La vicepresidenta en funciones prometió a los primeros espadas de la banca que el gravamen no se extendería más allá de 2024, pero el sector asume que se ampliará para recaudar más.

  • La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, y el presidente de BBVA, Carlos Torres.

Desconfianza entre los banqueros. En la reunión al más alto nivel del pasado 4 de septiembre, Nadia Calviño, vicepresidenta económica en funciones, prometió a los primeros espadas de la banca que el impuestazo será temporal. Pero los banqueros no se lo creen y consideran que se trata de un mensaje conciliador ahora que Calviño se posiciona para presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI), según trasladan a Vozpópuli distintas fuentes financieras.

Las entidades temen que el gravamen se "eternice" como palanca para cuadrar las cuentas públicas. En principio, sería extraordinario hasta 2024, momento clave en el que Bruselas retomará la disciplina fiscal a los estados miembros de la Unión Europea. "La promesa no es creíble. Dependerá de cómo evoluciona el entorno político y el déficit público", indican fuentes bancarias conocedoras de la reunión con Calviño.

De hecho, directivos de distintas entidades asumen que el Gobierno, sea del color que sea, mantendrá la tasa a la banca si se produce una caída de los ingresos del Estado en un ciclo de desaceleración o recesión económica. El PP tampoco ha sido del todo claro sobre si eliminaría o no el impuesto en caso de acceder a La Moncloa.

"El BCE asume desde hace tiempo que el Gobierno, sea del color que sea, hará irreversible el gravamen a la banca como palanca para sostener los ingresos del Estado


Esta tesis es compartida por el Banco Central Europeo (BCE) desde el primer momento en el que Pedro Sánchez llevó al Congreso el impuesto a la banca por los "beneficios extraordinarios" que provocarán las subidas de tipos. Como publicó este medio, el Eurobanco contempla como un escenario más que probable que el nuevo gravamen sea irreversible como una fuente "segura" de generar ingresos, según trasladan a Vózpopuli fuentes financieras próximas al supervisor único.

Factura de más de 1.000 millones

El 'impuestazo' entró en vigor este año, aunque las entidades han recurrido el pago ante la Audiencia Nacional. Pese a estar judicializado, los bancos estaban a obligados a hacer un primer pago en febrero, pero decidieron cargar ya en las cuentas del primer trimestre la cuantía íntegra para todo el ejercicio. La factura supera los 1.100 millones de euros para 2023.

En la cita con los banqueros para dar pistoletazo al nuevo curso, la vicepresidenta económica rebajó de forma notable el tono contra los banqueros. Les pidió "mejorar" la remuneración de los depósitos ante la resistencia de los grandes bancos, como desveló Economía tras el cónclave. Una petición que distó mucho de las amenazas de obligar a las entidades por ley a pagar por el tradicional producto de ahorro que la propia Calviño lanzó en plena campaña electoral antes del 23J.

"El impuesto puede hacer menos resistentes a los bancos para afrontar posibles crisis económicas, como advierten los supervisores

A la reunión en la sede del Ministerio de Economía acudieron Ana Botín (Santander), Carlos Torres (BBVA), José Ignacio Goirigolzarri (CaixaBank), Josep Oliu (Sabadell), María Dolores Dancausa (Bankinter), Víctor Iglesias (Ibercaja), Juan Carlos Escotet (Abanca), Antón Arriola (Kutxabank) y Luis Rodríguez (Cajamar).

Aires de despedida

Tras la presión del Gobierno por las subidas de las hipotecas y la poca remuneración de los depósitos, a los banqueros les sorprendió la 'promesa' de que el impuestazo no se alargará. Entre los presentes, también llamó la atención el tono "más constructivo" de Calviño, con "aires de despedida", según fuentes conocedoras del cónclave, que lo relacionan con las aspiraciones de la vicepresidenta para liderar el BEI.

En cualquier caso, el BCE ha vuelto a pronunciarse la semana pasada sobre los impuestos a los bancos, tras el plan de Giorgia Meloni de gravar el crecimiento del margen de intereses, que mide el negocio típico.

"Imponer un impuesto extraordinario al sector bancario podría hacer más difícil para las entidades de crédito acumular reservas de capital adicionales, ya que sus ganancias retenidas se reducirían, haciéndolas menos resistentes a las crisis económicas", advirtió el supervisor único en su dictamen del 12 de septiembre sobre el impuesto de Meloni.

Desde el Ministerio de Hacienda se considera que los impuestos a banca y energéticas han supuesto una especie de avanzadilla de la tasa global a multinacionales que se prepara. En este sentido, se apunta a que deberían decaer cuando ésta se desarrolle. Ahora bien, este proyecto se ha retrasado y no se descarta que el PSOE los haga permanentes como una concesión a sus socios de Gobierno.

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