Banca

BBVA prejubila a su jefe inmobiliario para acelerar el desagüe del ladrillo

La entidad financiera reestructura su área inmobiliaria con la salida de Agustín Vidal-Aragón. Sus competencias pasan a uno de los directivos que más peso está ganando en el Comité de Dirección, Javier Rodríguez Soler. El objetivo es impulsar las grandes ventas a fondos.

  • Agustín Vidal-Aragón, hasta ahora responsable de BBVA Real Estate.

BBVA reorganiza su cúpula inmobiliaria para acelerar el desagüe del ladrillo. La entidad presidida por Francisco González ha pactado la prejubilación de Agustín Vidal-Aragón, directivo que venía siendo desde 2014 responsable de Anida y BBVA Real Estate. Su salida, con 55 años, se produce ante el giro que quiere dar el banco para hacer desaparecer cuanto antes la herencia inmobiliaria de su balance, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli. Desde el banco no hicieron comentarios.

Coge las riendas del negocio Javier Rodríguez Soler, director de Estrategia y M&A, uno de los directivos que más peso está ganando en el organigrama del banco en los últimos tiempos. Reporta directamente a González y procede de McKinsey, al igual que el número dos del banco, Carlos Torres.

Durante los últimos años, Vidal-Aragón había ocupado puestos en BBVA como director de Pensiones y Seguros en Latinoamérica y director territorial en Andalucía, hasta que fue nombrado responsable inmobiliario en mayo de 2014. Sustituyó entonces a Antonio Bejar, cuando éste tomó las riendas de la Operación Chamartín.

Desde el mercado se considera que, bajo el mandato de Vidal-Aragón, BBVA se ha quedado atrás frente a otros competidores en el desagüe inmobiliario. Según las últimas cifras hechas públicas, el banco tiene todavía más de 22.000 millones en exposición inmobiliaria en España, una de las mayores del sector.

Se espera que Rodríguez Soler dé un peso mayor a la venta de carteras a fondos y acelere la reducción del balance inmobiliario

Se espera que Rodríguez Soler dé un peso mucho mayor a la venta de grandes paquetes inmobiliarios a través de los mercados mayoristas, destinados a grandes fondos internacionales. Ejemplo de ello es la operación que puso en mercado hace dos meses: el Proyecto Buffalo, con el que quiere sacar de su balance 4.000 pisos.

Otro de los giros estratégicos va ligado a un cambio de filosofía. Hasta ahora, la cultura de BBVA era preservar al máximo el valor de sus inmuebles en balance, rechazando ofertas incluso aunque fueran a valor contable. A partir de ahora se pensará en el ladrillo como una herencia de la que hay que librarse cuanto antes y al mejor precio posible, por este orden de prioridades.

Nuevo equipo

Rodríguez Soler ha creado un equipo por debajo suyo para hacer frente a este reto. Le reportarán a él directamente Juan de Ortueta (Adjudicados), Juan Pedro del Castillo (Financiación) y Ana Fernández Manrique (Estrategia y Finanzas). Junto a ellos, ha incorporado desde la Secretaría General a Pedro Egea, que se ocupará de todos los asuntos de administración y control del área inmobiliaria.

Otra de las novedades es que Cesáreo Rey, responsable de Participadas, reportará al área de Rodríguez Soler. Lo hará directamente a uno de sus ejecutivos de confianza, José Ferrís. En balance, nueva estrategia para librarse de una vieja herencia.

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