Lo que está pasando en Cataluña no va a salir gratis. Cada día hay más informes anticipando una desaceleración e incluso un estancamiento de la economía catalana e, indirectamente, la española. Uno de los efectos secundarios puede tener lugar en el mercado crediticio, según banqueros consultados por este medio.
De momento, esta amenaza está lejos de convertirse en realidad, aunque comienzan a verse algunos efectos indeseados. Tras un mes de tensiones en Cataluña, el frenazo crediticio de momento es selectivo. Pero la amenaza es que la situación actual se prolongue, lo que, según banqueros catalanes, cerraría el grifo del crédito: tanto a nivel de oferta como de demanda.
El consejero delegado de Banco Sabadell, Jaime Guardiola, reconoció el pasado viernes que hubo "un parón de actividad durante las dos primeras semanas de octubre, y a partir de la tercera semana la situación ya se ha normalizado".
Aun así, este banquero avisó de que "tenemos que esperar a ver las consecuencias para la economía catalana después de un octubre movido". "En función de ello haremos ajustes en la gestión comercial y de riesgos", añadió. Es decir, si la situación empeora se endurecerá el acceso al crédito y se aplicarán criterios más prudentes. Lo que, extrapolado a todo el sector, se traduciría en menos crédito y más caro.
Fuentes financieras explican que por el momento están formándose dos tendencias. La primera, una menor demanda entre clientes catalanes por miedo a endeudarse en un momento de inestabilidad. Aunque es una posibilidad remota, la idea de tener una hipoteca a largo plazo y que Cataluña salga del euro inquieta a los usuario. La segunda tendencia es una mayor precaución de los bancos a la hora de prestar a sectores afectados por la tensión, como las empresas hoteleras, inmobiliarias y las ligadas al consumo golpeado por el boicot. "Si nos pide un crédito un grupo hotelero tendremos que valorar que se han cancelado muchas reservas", explican desde una entidad.
"A juzgar por choques de incertidumbre comparables previos, como en la crisis griega, esperaríamos que la economía catalana creciera solo modestamente, y posiblemente incluso se estancara los dos próximos trimestres debido a una suspensión/posposición de planes de inversión (ambos de entidades nacionales y extranjeras), flujos turísticos más débiles y, posiblemente, un consumo más débil al menos por parte de la población catalana no favorable a la independencia", exponen desde JPMorgan.
Cifras
Este frenazo crediticio podría llegar en un momento clave para Cataluña. Esta comunidad fue una de las que más se desapalancó en los años de la crisis. Desde finales de 2011, el crédito en Cataluña se ha desplomado un 31,6%, con datos de junio del Banco de España. El volumen crediticio de todo el país se redujo en un 29,3% en el mismo periodo.
Este mayor desapalancamiento se debió en gran parte a los préstamos dudosos concedidos por entidades como Catalunya Caixa, Unnim y Caixa Penedès, rescatadas con dinero público. Pero desde hace un año las cifras apuntaban a un crecimiento del crédito que no se da en el resto de España. Una tendencia que puede revertir el independentismo.