Los inspectores del Banco de España ablandan su postura sobre la supervisión. Tras emitir hace unos días un duro comunicado, la Asociación de Inspectores y Auditores Informáticos del Banco de España (AIBE) ha rebajado el tono de crítica y rechaza que su pelea para endurecer la supervisión de las entidades financieras sea una "piedra en el camino" para las aspiraciones de Margarita Delgado, subgobernadora, de convertirse en la nueva jefa de supervisión del Banco Central Europeo (BCE).
"La AIBE no es, de ninguna manera, una piedra en el camino en las aspiraciones de nuestra subgobernadora ni estamos en ningún estado de rebeldía", reza un comunicado interno de los inspectores a sus asociados al que ha tenido acceso Vozpópuli. Y añade que "únicamente, y en aras de mantener la excelencia de nuestra profesión", se defiende el "blindaje legal" de la profesión y su entrada por oposición "ante la creciente tendencia de contratación en el Banco de España a través de concursos".
Un cambio de tono respecto al comunicado emitido el pasado 25 de abril y en el que la AIBE mostraba su "enorme preocupación" y "malestar" por la actual política de contratación del Banco de España, en la que se recurre a las 'big four' para cubrir de forma temporal algunas vacantes. Incluso se denunciaba la "privatización de la supervisión bancaria".
Lo cierto es que los inspectores no quieren escalar la batalla con el Banco de España en un momento crucial para el ascenso de la subgobernadora al BCE, como indican fuentes financieras. El Eurobanco lanzó la semana pasada la carrera para suceder a Andrea Enria como presidente del Consejo de Supervisión.
"Los inspectores se están movilizando con los grupos políticos para promover una reforma que refuerce el control del sector financiero tras las turbulencias financieras por el SVB y Credit Suisse
El mandato expira a finales de año, pero el banco central quiere tener un sucesor definido antes del verano. En los círculos financieros se considera que la actual subgobernadora del Banco de España tiene altas probabilidades de suceder a Enria, aunque en su camino pueden jugar en contra las críticas de los inspectores a la supervisión en España, como publicó este medio.
Lobby
La AIBE está haciendo lobby con los grupos parlamentarios para promover una proposición de ley que refuerce el control del sector financiero. El objetivo pasa, según la asociación, por "asegurar la capacitación técnica" de los profesionales y "mejorar la independencia" de la supervisión. Por este motivo exigen un estatuto del inspector y una autoridad de supervisión dentro del propio Banco de España.
"No podemos buscar más guerra", admiten fuentes próximas al cuerpo de inspectores. Fuentes cercanas al BCE advierten de que la 'pelea' de los inspectores se ha cruzado en el camino de la subgobernadora, ya que las críticas a la supervisión no ayudan a impulsar su candidatura. Se transmite la imagen, como señalan las fuentes, de que Delgado "no es capaz de controlar" ni a los inspectores del Banco de España, que dispone de muchas menos competencias que el BCE.
Una alemana, la favorita
La candidata favorita a ocupar el sillón de Enria, la alemana Claudia Buch, vicepresidenta del Bundesbank, tiene un perfil más político que Delgado y uno de sus puntos débiles es precisamente que no cuenta con experiencia en supervisión ante la amenaza de que puedan surgir nuevos episodios de turbulencias financieras, como descuentan las autoridades regulatorias, señalan las fuentes.
Los inspectores del Banco de España se quejan de que la supervisión del banco central nacional está perdiendo fuerza y que el modelo tradicional de equipos empotrados en las entidades está virando hacia otro más laxo, precisamente más del estilo de Alemania, como denuncian fuentes próximas al cuerpo de inspectores.
Se refieren a los conocidos entre los directivos bancarios españoles como 'josetes'. Se trata del equipo de inspectores que responde a las siglas JST (equipos unidos de supervisión, por sus siglas en inglés). Son los encargados de hacer un seguimiento estrecho de cada banco con un equipo 'in situ', la mayoría de ellos nacionales del país, pero que también cuenta con miembros del BCE.